domingo, 13 de abril de 2014

Las algas

El mar contiene una inmensa cantidad de vegetales que, convenientemente explotados, podrían representar una enorme riqueza para la humanidad. La práctica totalidad de las plantas marinas está constituida por algas, ricas no sólo en bromo, en yodo y en potasio, sino también en sustancias proteicas y grasas.

Barca varada en algas

- Los diferentes usos de las algas


Las grasas, en particular, confieren a las algas un gran poder nutritivo. Los habitantes de Islandia y de las islas Británicas, y también algunos pueblos orientales, se alimentan de algas desde hace tiempo, utilizándolas directamente, es decir, sin someterlas a transformaciones previas. Los habitantes de las islas escocesas y los noruegos las utilizan como forraje para el ganado; en muchas zonas las algas constituyen un óptimo fertilizante. Entre los mucílagos figuran el agar, la carragenina y la algina. El agar es utilizado, además de en medicina y en odontología, en la técnica fotográfica y en la fabricación de lámparas eléctricas; la algina, utilizada en una gran variedad de campos, entre ellos en la industria textil y papelera, se utiliza para estabilizar los helados cremosos (porque impide la formación de trozos de hielo) y para la confección de crema de queso, chocolate con leche, embutidos, mermeladas, sopas y zumos de fruta. La carragenina tiene aplicaciones más peculiares pero no menos útiles.

- Tradición y algas


Siguiendo una tradición de dos siglos de antigüedad, los habitantes de las islas Británicas colocan en la orilla del mar grandes piedras cuadradas sobre las que se desarrollan las algas, que luego cortan y recogen regularmente. Más refinada es la técnica que utilizan en Japón muchas poblaciones costeras: en las ensenadas poco profundas se espera la marea baja para plantar, en lugares adecuados, palos de bambú que sostienen una retícula de ramas secas; sobre éstas se depositan las esporas de un alga roja comestible. Dado que las algas jóvenes prosperan mejor en aguas muy saladas, los cultivadores no dejan que envejezcan demasiado y, cuando son suficientemente robustas, las arrancan y trasplantan a aguas menos saladas, donde se vuelven más tiernas. Los resultados que se obtienen de este cultivo marino han inducido a los investigadores, y en particular a los japoneses, a afrontar con empeño el problema de extender y perfeccionar lo máximo posible estas técnicas. En Italia, durante los últimos años, se han utilizado las algas de la laguna de Venecia para la producción de papel. La necesidad surgió a partir del persistente fenómeno de eutrofización de las aguas de la laguna, que provocaba la muerte de los peces y el progresivo empobrecimiento del ecosistema. Se trata del primer paso en el mundo de producción de papel mediante el uso de un alga (Ulva rigida) y, por otra parte, el producto obtenido es mejor que el papel convencional producido con celulosa virgen, y está fabricado sin cloro, lo que garantiza su reciclaje. Por lo demás, la utilización de Ulva rigida supone un importante ahorro en los árboles que cada año se abaten para producir el papel convencional. En el futuro, es posible que la Ulva rigida se utilice como extracto alimenticio y farmacéutico.

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