El principal problema al que se enfrentan las células animales a bajas temperaturas ocurre en la membrana plasmática, la cual pierde gran parte de sus características. Esto se debe a que, con la baja de temperatura, la membrana pierde su fluidez y aumenta su viscosidad, pudiendo causar consecuencias terribles. Para evitar este problema se da lo que se conoce como adaptación homeoviscosa de los lípidos de membrana.
- Adaptación homeoviscosa de los lípidos de membrana
Las membranas cambian su fluidez (viscosidad -1) con la temperatura. Como se ha observado en diferentes estudios, a medida que disminuye la temperatura se da un aumento de la viscosidad de la membrana de forma gradual, aunque existe un punto de inflexión a 25º C donde esta se dispara y aumenta. Es por esta razón por la que las células animales deben mantenerse, generalmente, en torno a los 35º C de temperatura.