jueves, 13 de noviembre de 2014

Entre estanques y marjales

Un tipo de ecosistema que comprende a la vez aguas dulces y tierras firmes es el que los ecólogos designan con el término genérico de zonas húmedas. Los marjales, estanques, tierras pantanosas, marismas y deltas fluviales están entre los ecosistemas más complejos de la Tierra.

Marismas de Doñana

Las formas más dispares viven aquí: anfibios y osteictios (peces óseos), reptiles y mamíferos, arañas e insectos y sobre todo aves; en las zonas húmedas, en efecto, invernan, se reproducen o efectúan sus paradas migratorias un gran número de anátidas, de "aves zancudas" (ciconiformes, gruiformes y charadriiformes), rapaces y pájaros, muchas de las cuales desaparecerían si se eliminaran estos ambientes.

- Las lagunas y marismas de Doñana


Las 34.000 hectáreas de lagunas y marismas de Doñana, en el delta del Guadalquivir, declaradas parque nacional en 1965, son un ejemplo claro de zona húmeda.

En Doñana, el calendario biológico comienza en otoño, cuando las lluvias torrenciales transforman las estepas arcillosas en grandes y bajos marjales. En unas pocas semanas, el suelo queda cubierto por una amplia extensión de hierba y de juntos.

Los insectos desaparecen, dejando escondidos en el suelo, entre las hojas o bajo la superficie del agua, los huevos que darán vida a una nueva generación en la primavera siguiente. También los reptiles y anfibios se refugian bajo tierra, en una espera letárgica. Linces ibéricos, jabalíes y ciervos migran hacia zonas más altas y secas, en busca de recursos alimentarios. El campo queda libre para nuevas llegadas y, durante unos pocos meses, los humedales de Doñana llegan a hospedar más de un millón de aves migratorias que han huido de los rigores invernales del norte de Europa.

En primavera se produce el primer relevo: 600.000 aves llegan de varias zonas de África para nidificar. Reaparecen luego los habitantes habituales: insectos, reptiles y anfibios, diversas especies de peces óseos y de invertebrados amantes de los fondos fangosos, y los mamíferos regresan de las alturas. Pero a mediados de junio, el calor convertirá cada uno de los humedales en una estepa arcillosa y árida, y la vida aparentemente desaparecerá, para volver a aparecer al caer las primeras lluvias otoñales, cuando el ciclo vuelva a iniciarse.

Desgraciadamente, durante los últimos años esta maravillosa zona ha sufrido graves atentados contra su integridad. El agua que antes utilizaban únicamente los animales de los parques es hoy sustraída por los municipios limítrofes, ya sea con fines turísticos o agrícolas, con graves daños para los marjales y marismas y para las especies que allí se reproducen.

Desde 1971 todas las zonas húmedas están protegidas (Ramsar, Convenio internacional sobre las zonas húmedas). Muchos ambientes húmedos que se asoman al Mediterráneo han sido destruidos y así, por ejemplo, en Italia los tres millones de hectáreas de humedales existentes antaño han sido reducidos a 200.000, de los que tan sólo 50 han sido declarados de importancia internacional.

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- Zonas húmedas: artículos en nuestro blog de Biología


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