jueves, 18 de septiembre de 2014

Peces de agua dulce: trucha, lucio o anguilas

En la segunda mitad de la era Paleozoico, es decir, hace unos 480 millones de años, aparecieron en las aguas dulces los peces acorazados, los denominados placodermos que, si bien constituyen una vía muerta de la evolución, por algunas de sus características anatómicas parecen presentar un antecesor común con algunos grupos actuales. Los placodermos fueron los primeros vertebrados provistos de un aparato bucal dotado de mandíbulas, elementos esenciales para que un animal pueda vivir sobre la tierra firme. El estudio de estos animales permitió a los científicos entender cómo los vertebrados, que aparecieron en el ambiente acuático, se adaptaron progresivamente a la vida sobre la tierra. El paso del agua a la tierra firme fue condicionado por la transformación del sistema de respiración branquial en pulmonar.

Agua dulce

A partir de unos "peces" todavía más antiguos que los placodermos, los ostracodermos que vivieron durante la primera mitad del paleozoico, evolucionaron todos los "peces" actuales, desde los tiburones y rayas o peces cartilaginosos (clase condrictios) hasta los teleósteos dipnoos y celacantos que constituyen la clase osteictios o de los peces óseos. De los crosopterigios o antepasados del celacanto, un extraño pez que se encuentra en el fondo del mar frente a las islas Comores y en otras zonas del Índico, evolucionaron los primitivos anfibios hacia finales del paleozoico.

- El salmón


Actualmente, la gran mayoría de los peces que pueblan las aguas internas de nuestras regiones está constituida por el grupo de los teleósteos. Una interesante familia de los teleósteos es la de los salmónidos, buscadísimos por la exquisitez de su carne y objeto de una pesca activa. Ejemplares típicos de esta familia son los salmones, difundidos por gran parte del mundo. El salmón (Salmo salar), que tiene un metro de longitud (a veces más), tiene el cuerpo alargado, casi fusiforme; la cabeza pequeña, más alargada en los machos que en las hembras; la coloración difiere según el sexo y según si los individuos están en fase de reproducción. Normalmente, en la parte superior del cuerpo, la piel tiene un característico tono azul acerado que vira gradualmente hacia el plateado brillante del vientre. En el período de reproducción se forman, sobre todo en el macho, algunas manchas de un bello color amarillo anaranjado o rojo, diseminadas por todo el cuerpo. La vida del salmón se desarrolla en aguas dulces y en el mar. Las hembras ponen los huevos en aguas de ríos y torrentes de curso rápido, frías y ricas en oxígeno. De los huevos nacen alevines (de 2 cm longitud), que crecen con rapidez; cuando tienen un año de vida, los pequeños salmones miden unos 8 cm; durante el segundo año alcanzan los 15 cm y adquieren la coloración típica del adulto. Entonces empiezan a hacer sus primeras excursiones de caza; recorriendo el curso de los torrentes y los ríos, los salmones llegan al mar y permanecen en él hasta que tienen el vigor suficiente para remontar las corrientes fluviales. El proceso de retorno a las aguas dulces es muy singular. Los salmones se presentan en la desembocadura de los ríos en épocas distintas según la edad: los adultos (20 a 30 kg de peso), a finales de otoño; los de tamaño mediano en primavera; los pequeños en verano. La necesidad de aguas muy oxigenadas empuja a los salmones a remontar los ríos y a adentrarse en los torrentes hasta el manantial. Si su ruta se halla bloqueada por obstáculos tales como cascadas o rápidos, no se detienen: se lanzan impetuosamente, dando saltos altísimos, hasta que superan el obstáculos. Cuando finalmente llegan a la meta (en aguas frías y tan bajas que apenas los recubren), empiezan la reproducción. Las hembras escogen un punto del torrente en el fondo de guijarros y ponen un gran número de huevos (unos 2.000 por cada kg de peso) que el macho fecunda. Después del desove, las hembras vuelven al mar y los machos suelen quedarse hasta el final de la época de cría. Durante la permanencia en las aguas dulces, los salmones adultos no se alimentan; por este motivo, exhaustos y muy debilitados, se dejan arrastrar río abajo, donde muchos mueren de fatiga o depredados por rapaces.

Antes de volver a las aguas de los torrentes de montaña, los salmones deberán quedarse de cinco a dieciocho meses en el mar, alimentándose intensamente para recobrar fuerzas. Los salmones prefieren los mares fríos, y por consiguiente la pesca y la industria salmonera se concentran en el norte de Europa (en especial Noruega) y en Estados Unidos, desde la bahía de Hudson hasta Nueva Inglaterra.

El salmon, pez de agua dulce
Salmón rojo en un momento de su fatigoso viaje remontando un río. La migración cíclica empuja a los salmones desde el mar hacia las aguas dulces, bajas y frías, donde se reproducirá.

- La trucha


Este pez de cuerpo ovalado, alargado y recubierto de pequeñas escamas tiene la cabeza bastante grande y la boca ancha. Muy variables en cuanto a dimensiones y coloración (su longitud oscila entre 20 y 50 cm), las truchas que habitan en los grandes lagos tienen la parte superior del cuerpo de color marrón, gris o azulado y la inferior de color plateado, salpicada con machas marrones. La trucha común (Salmo trutta) vive en aguas frías, agitadas y muy oxigenadas. Se nutre de presas vivas: crustáceos, moluscos, gusanos, larvas de insectos y otros invertebrados y de peces pequeños. Durante la reproducción, las truchas marinas (que pertenecen a la misma especie que la común pero pasan gran parte de su vida en el mar) se dirigen hacia los ríos y remontan su curso; las de lago remontan el curso de los afluentes, superando cascadas de cierta altura y la fuerza de las corrientes contrarias. El período de reproducción de las truchas de río se concentra entre noviembre y enero; los lugares preferidos son los torrentes de montaña donde el agua no es muy profunda y el fondo arenoso o fangoso está recubierto de guijarros y grava. Allí las hembras preparan un refugio alargado donde ponen sus huevos que el macho fecunda de inmediato. Acto seguido, tanto los machos como las hembras se dejan arrastrar por la corriente hasta su lugar de procedencia. De los huevos salen pequeñas larvas transparentes; después de un año, las jóvenes truchas ya miden 10-15 cm; hacia los dos años ya pueden considerarse como adultas.

+ La trucha arco iris (Salmo gairdneri)


La trucha arco iris (Salmo gairdneri), así llamada por los bellos colores iridiscentes de su cuerpo, fue introducida en Europa desde América del Norte, hoy se cría artificialmente en grandes cantidades.

+ El salmerino de manantial (Salvelinus fontinalis)


Otra especie exótica de esta misma familia es el salmerino de manantial (Salvelinus fontinalis), que vive en varios lagos y cursos de agua de los Alpes y ha sido introducido en algunos lagos y ríos de los Pirineos, como por ejemplo en el curso alto de la Noguera Ribagorzana.

Trucha, pez de agua dulce
Una trucha arco iris, originaria de Estados Unidos; las truchas pertenecen a la familia de los salmónidos y, como los salmones, viven en aguas frías y bien oxigenadas.

- El lucio


Un teleósteo relativamente común en Europa, conocido ya desde la antigüedad, es el lucio (Esox lucius), de la familia de los esócidos. Muy voraz e infatigable depredador de peces de tamaño mediano, supera bastante a menudo el metro de longitud; tiene el cuerpo alargado, el hocico muy esbelto, la boca grande, provista de dientes puntiagudos; es de color verde botella o verde pardusco en la parte superior del cuerpo, blancuzco en la inferior. Vive preferiblemente en fondos fangosos de ríos, lagos y estanques con abundante vegetación acuática, donde le resulta fácil esconderse a la espera de las presas a las que agrede con furia. Las presas preferidas de los adultos son peces de la familia ciprínidos, aunque también pueden ingerir anfibios, pequeños mamíferos e incluso algunas aves acuáticas. Los jóvenes de menos de 20 cm de longitud se nutren en cambio de invertebrados tales como larvas de insectos y crustáceos. En el período de reproducción (entre febrero y mayo), las hembras ponen un gran número de huevos (de 15.000 a 300.000 por cada hembra) en aguas poco profundas y con abundante vegetación. De los huevos salen pequeñas larvas que se adhieren a las plantas sumergidas mediante papilas adhesivas que llevan cerca de la boca.

El lucio no es autóctono de la península Ibérica y fue introducido en ella hacia los años cincuenta; debido a su voracidad, ha resultado nefasto para la fauna autóctona en muchos lugares.

El lucio, un pez de agua dulce

- La perca


En las aguas de gran parte de Europa y de Rusia asiática se encuentra una especie de la familia de los pércidos, que fue definida por el escritor latino Décimo Magno Ausonio como "delicia de las mesas". Se trata de la perca (Perca fluviatilis), pez óseo de carne delicada y bastante sabrosa. Con una longitud de hasta 40 cm, tiene el cuerpo comprimido lateralmente, muy alto en el dorso; la cabeza es robusta; la coloración, verde olivácea, con siete franjas muy oscuras, y las dos aletas dorsales se abren en abanico. Al igual que el lucio, la perca no es autóctona en nuestra fauna y sólo se encuentra en algunos embalses.

- Barbos, la madrilla, bermejuelas o tencas


Sí son autóctonas de nuestra fauna, y mucho más abundantes que todas las especies mencionadas hasta ahora, varias especies de la familia ciprínidos, como los barbos (Barbus bocagei, B. comiza, B. meridionalis, B, haasi), la madrilla (Chondrostoma toxostoma), la bermejuela (Rutilus arcasii) que, como casi todos nuestros barbos, es un endemismo ibérico, la tenca (Tenca tenca), especie autóctona en la mitad meridional de la península que ha sido introducida en los ríos, el cacho y el cachuelo (Leuciscus cephalus y L. pyrenaicus), este último endemismo ibérico. Pero tampoco todos los ciprínidos son autóctonos de nuestras aguas (ni mucho menos endémicos): así, por ejemplo, tanto la carpa común (Cyprinius carpio) como el carpín dorado (Carassius auratus), que abundan en muchas de nuestras aguas de curso lento, no son propias de la fauna ibérica sino que fueron introducidas en la península hace unos pocos siglos.

- Anguilas


Otra especie relativamente común en el curso bajo de los ríos -y en aguas estancadas- es la anguila común (Anguilla anguilla), de la familia anguílidos. Tiene el cuerpo alargado, de sección circular y dotado de una aleta larguísima que recorre todo el dorso hasta la cola. La piel es gruesa, robusta y rica en glándulas que liberan una secreción grasa que la hace viscosa. Pequeñas escamas ovaladas aparecen cuando el animal tiene cinco años de edad y adquieren un anillo adicional cada año: de este modo resulta fácil saber la edad contando el número de anillos.

Las anguilas son de coloración oscura, negruzca o gris pardusca; viven preferentemente en aguas tranquilas de fondo fangoso, con abundante vegetación y escasamente iluminadas. De día se esconden; de noche se mueven activamente en busca de su alimento, constituido principalmente por anélidos, insectos y huevos de peces. En invierno se sumergen en el limo del fondo, donde permanecen, sumidas en un estado de torpor, hasta la estación cálida. Crecen muy lentamente y pueden reproducirse a partir de los 6 o 9 años de edad (los machos) o entre los 8 y los 13 (las hembras), cuando abandonan las aguas dulces para dirigirse hacia el mar. Entonces cambian de coloración y la región ventral se vuelve gris plata, el dorso verde oliva y las aletas pectorales se ennegrecen, sobre todo en los machos; los ojos sufren modificaciones (el cristalino se agranda, el iris cambia de color, la córnea se vuelve transparente). En otoño, y más raramente en primavera, tras abandonar para siempre el lugar en el que viven, recorren los ríos, siguiendo la corriente hasta el mar, donde tendrá lugar la reproducción.

Cuando las anguilas abandonan las aguas dulces, se dirigen hacia el mar de los Sargazos, cerca de las islas Bermudas, entre los 20 y los 30 de latitud N. El viaje hasta allí dura varios meses y se efectúa en aguas profundas. Después de poner los huevos, los adultos mueren y numerosísimas larvas de cuerpo elíptico, comprimido y transparente toman la vía del regreso, arrastradas por la corriente del Golfo. Durante el viaje, que dura casi dos años, tiene lugar la metamorfosis, de tal modo que en las desembocaduras de los ríos se concentran pequeños individuos de 6-10 cm de longitud, las angulas, que se distribuyen por las aguas interiores donde continúan su ciclo vital hasta el momento en que, capaces de reproducirse, emprenden su camino sin retorno hacia el mar.

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