martes, 12 de agosto de 2014

La conformación de los fondos oceánicos

Los fondos oceánicos están constituidos por un sedimento muy fino y de consistencia variable: hacen falta unos 150 años para que su espesor aumente en 1 mm (en el Atlántico hay depósitos que alcanzan los 3.500 metros de espesor).

Fondo marino

- El lodo del fondo marino: origen bien orgánico o volcánico


Se trata de un lodo que por lo general tiene un origen orgánico o volcánico.

+ Sedimentos de origen orgánico


En el caso del lodo de origen orgánico se trata de los innumerables organismos dotados de un aparato esquelético calcáreo o silícico, que viven en las aguas abiertas y que, una vez muertos, después de la descomposición de sus partes blandas, caen lentamente hacia el fondo. Sin embargo, no siempre consiguen depositarse ya que, si el fondo es muy profundo, se disuelven completamente durante su lento descenso.

+ Sedimentos de origen volcánico


Los sedimentos de origen volcánico están formados por detritus procedentes de la erupción de volcanes submarinos; se trata sobre todo de arcillas rojas, que cubren casi la mitad del fondo del Pacífico -donde se encuentra precisamente el mayor número de volcanes submarinos- y una cuarta parte de los demás océanos.

- Los fondos marinos hace 400 o 500 años: animales extinguidos y que aún perduran


Si pudiéramos dar un salto hacia atrás en el tiempo y si nos fuera posible admirar los fondos marinos como debían presentarse hace unos cuatrocientos o quinientos millones de años, observaríamos extraños animales extinguidos desde hace muchísimo tiempo. Por ejemplo, los grandes trilobites, un grupo de artrópodos reptantes provistos de numerosos apéndices bífidos; o los extraños graptolites, animales que vivieron en colonias durante un período de unos doscientos millones de años. Entre las extrañas criaturas desaparecidas, otras nos serían familiares porque consiguieron llegar hasta nuestro tiempo casi inmutadas en su aspecto (aunque la evolución ha dejado profundas huellas incluso en ellas): esponjas, medusas, "gusanos" marinos y equinodermos con el cuerpo protegido por un sólido tegumento recubierto de espinas, o bien por pequeñas placas poligonales adosadas en mosaico o, más raramente, por pequeñas concreciones dispuestas como las tejas sobre el tejado de un edificio.

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Imagen: National Geographic

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