Hasta hace unos siglos, un vastísimo manto de bosques cubría la zona comprendida entre las regiones tropicales y las tundras polares, con numerosas variedades de plantas de tronco alto, matas bajas y sotobosques ricos en esencias, frutos y flores. Europa occidental y central, Asia central y oriental hasta Japón y la parte oriental de Estados Unidos estaban recubiertas de bosques.
- Transformación progresiva de los bosques en campos
Luego, las ciudades, los pueblos y los campos de cultivo fueron sustituyendo a los árboles y en buena parte del mundo, especialmente en Europa, los bosques se transformaron en campos. Hoy ya no queda de ellos más que unos pocos fragmentos diseminados aquí y allá.
- La zonas forestales, condicionadas por el clima y la altitud
Una característica común a todas las zonas forestales que aún sobreviven es la estrecha dependencia del clima y la influencia directa que ejerce la altitud sobre la distribución de la vegetación.
- La franja templada, influenciadas por la alternancia de las estaciones
Más allá de la franja de los trópicos y de la zona de las praderas todavía dominadas por un clima cálido, uno se adentra en la franja templada, muy influenciada por la alternancia de las estaciones: primaveras húmedas y templadas, veranos calurosos, otoños lluviosos e inviernos fríos. Una evolución cíclica similar a la del clima rige los ritmos vitales de los vegetales y animales que habitan en estas tierras, sobre todo durante aquellos meses del año en que las condiciones son más desfavorables a la supervivencia.
De ahí que las anchas hojas de los árboles de los bosques templados, adaptadas para expulsar los excesos de agua absorbida durante los meses cálidos del verano, corran el riesgo de convertirse en una constante amenaza para la vida misma de la planta cuando llega el invierno, al privarla del agua necesaria para el mantenimiento de los tejidos internos.
- Estratificación de la flora en el ámbito de la franja templada
Por este motivo, los sauces y avellanos, robles, olmos y hayas (frecuentes en las altitudes bajas y medianas de los paisajes forestales de la Iberia húmeda), coincidiendo con la llegada del invierno, se despojan de su manto verde para esperar el retorno de la estación propicia. Las regiones templadas del hemisferio norte muestra un paso progresivo del clima cálido y húmedo continental (propio de las áreas más meridionales) al clima templado frío dominado por veranos templados (hacia el norte). Esta variación se refleja asimismo en la vegetación: los planifolios caducos se sustituyen por coníferas siempre verdes (pinos y abetos) o de follaje caduco como los alerces. Esta estratificación de la flora en el ámbito de la franja templada también aparece por el efecto de la altitud en las laderas de una montaña: las praderas de la llanura ceden el paso a los bosques caducifolios de las altitudes medias, éstos a los bosques de coníferas similares a la taiga siberiana, que a su vez cederán el puesto, por encima de la vegetación arbórea, a praderas comparables con las de las gélidas tundras árticas.
- Factores que influyen en la subdivisión de una montaña en niveles de vegetación
La subdivisión de una montaña en niveles de vegetación puede variar según las irregularidades del terreno, las distintas exposiciones al sol y al viento, las diferencias en la composición del suelo y el mayor o menor grado de pluviosidad.
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