lunes, 9 de septiembre de 2013

Las glándulas endocrinas

Se denominan glándulas endocrinas de secreción interna las formaciones glandulares privadas de conductos para la emisión de los productos de su actividad, y que vierten sus secreciones (hormonas) directamente en la sangre.

Descartes y las glandulas endocrinas
Descartes consideraba la glándula pineal como la sede del alma.

- ¿Qué función cumplen las hormonas?


Las hormonas regulan numerosas funciones del organismo, y mantienen constante su equilibrio interno.

- Las diferentes glándulas endocrinas


Según los casos, las glándulas de secreción interna pueden formar un órgano por sí mismas o estar integradas en otros órganos. Las principales son la epífisis y la hipófisis, que se localizan en el encéfalo; la tiroides y las paratiroides, situadas en la base del cuello; el timo, situado entre el cuello y el tórax; los islotes de Langerhans del páncreas; las suprarrenales, que forman una especie de cápsula situada sobre ambos riñones, y las gónadas (es decir, los ovarios y los testículos).

- La tiroides


La tiroides, situada frente al conducto laríngeo-traqueal y abundantemente irrigada, segrega dos hormonas muy importantes (una de ellas la tiroxina, que contiene yodo) que actúan sobre los procesos del desarrollo, sobre la esfera nerviosa y psíquica, así como sobre la regulación del metabolismo. El aumento crónico de volumen de la tiroides, a menudo endémico en las poblaciones con una dieta pobre en yodo, se denomina bocio, y va acompañado en ocasiones de cretinismo.

+ El hipotiroidismo


El hipotiroidismo, es decir, la deficiencia de secreción tiroidea, causa el mixedema, que produce una anormal hinchazón cutánea y un estado de pereza y cretinismo, así como un parón del crecimiento corporal.

+ El hipertiroidismo


El hipertiroidismo por el contrario acelera el metabolismo, provocando pérdida de peso, taquicardia (latidos acelerados del corazón) y un síntoma característico, la exoftalmia (protrusión de los globos oculares), así como estados de irritabilidad y excitabilidad.

- Las paratiroides


Detrás de la tiroides se encuentran dos pequeñas glándulas, las paratiroides. Generalmente son cuatro, tienen el tamaño de un guisante, y a través de algunos septos penetran en la tiroides. Las paratiroides intervienen en la regulación del metabolismo de los minerales, en particular mantienen constante el nivel de calcio en la sangre, y son importantes para la formación de los huesos. La insuficiencia o deficiencia de su secreción hormonal causa la espasmofilia (hipersensibilidad del sistema nervioso con contracciones musculares violentas), o incluso la tetania, parecida pero más grave.

- El timo


El timo es una glándula situada tras el esternón, que a partir de los catorce años aproximadamente presenta una involución fisiológica, reduciéndose en volumen. El timo juega un papel fundamental en la defensa contra las infecciones, pues la principal fuente de linfocitos, muy importantes en el sistema inmunitario.

- Las glándulas suprarrenales


Las glándulas suprarrenales, situadas sobre los riñones, constan de dos partes: una cortical, externa, cuya secreción hormonal es muy variada y compleja, y una medular interna, que produce fundamentalmente dos hormonas, la adrenalina y la noradrenalina, que actúan sobre el sistema nervioso autónomo y sobre la circulación sanguínea.

+ ¿Cuál es la función y efectos de la adrenalina y la noradrenalina?


Estas sustancias incrementan la frecuencia cardíaca, la vascularización de los músculos y la concentración de glucosa en sangre. La adrenalina podría definirse como la hormona de las emociones. En situaciones de peligro, de lucha o de excitación emocional, las suprarrenales segregan mayor cantidad de adrenalina. Palidecer de ira o de miedo, ruborizarse o llorar son reacciones provocadas por la acción de la adrenalina; también el erizarse de los cabellos, en el hombre, y de los pelos en los animales, son un efecto de esta hormona.

- Los islotes de Langerhans


Los islotes de Langerhans, que constituyen la parte endocrina del páncreas, segregan la insulina y el glucagón. Estas hormonas son fundamentales en la regulación de la concentración de la glucosa y de los aminoácidos en el sistema circulatorio, en los tejidos y en los músculos; en particular, la presencia de una cantidad elevada de insulina obliga al hígado (el órgano diana específico) a secuestrar de la sangre la glucosa presente, reduciendo así la glicemia.

- Epífisis e hipófisis


En el encéfalo se encuentran la epífisis y la hipófisis.

+ La epífisis


La epífisis, denominada también glándula pineal, considerada por el filósofo Descartes la sede del alma, tiene el tamaño de un guisante, y las funciones de su secreción son poco conocidas.

+ La hipófisis


La hipófisis, denominada antiguamente pituitaria porque se creía que segregaba el moco nasal denominado pituita, está situada en la parte central, inferior, del encéfalo, dentro de una cavidad denominada silla turca. Es sin duda la glándula de secreción interna más importante del cuerpo, porque segrega no una sino muchas hormonas, cuya acción es bien estimulante o bien inhibidora de las demás glándulas endocrinas. La hipófisis es como una central química de mando de la que parten las órdenes de puesta en marcha de las plantas periféricas.

Una de las hormonas de la hipófisis es directamente responsable del crecimiento orgánico general. Si la secreción de esta sustancia es insuficiente se dan casos de enanismo, mientras que si es excesiva se da el gigantismo. Muchas otras anormalidades del desarrollo que no tienen carácter patológico son debidas a alteraciones de este importante órgano endocrino. La hipófisis segrega hormonas que influyen sobre la actividad endocrina de las gónadas (testículos y ovarios). La principal hormona segregada por los testículos es la testosterona, que contribuye a la espermatogénesis (es decir, el proceso de formación de los espermatozoos). En las mujeres los ovarios segregan estrógenos y progesterona, sustancias que controlan el desarrollo y las funciones del útero, además de regular el ciclo menstrual.

Todas estas hormonas son responsables de los denominados caracteres sexuales secundarios, es decir, de aquellas características que diferencian ambos sexos (además de la diferente conformación de los aparatos reproductores) como, por ejemplo, la barba en el hombre y las glándulas mamarias en las mujeres.

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