viernes, 13 de junio de 2014

Cetáceos: mistcietos y odontocetos

El mar abierto ha sido la meta de grandes "retornos": en dichos retornos se incluyen animales cuya aparición y desarrollo suele asociarse con la idea de tierra firme: reptiles, aves, varias especies de mamíferos que, por sus dimensiones corporales, son considerados justamente como los "gigantes del mar".

Imagen de un delfin, mamifero marino
Los delfines han despertado desde siempre la simpatía y la admiración por su inteligencia. Las numerosas especies están presentes en todos los mares del planeta y algunos grandes ríos.

Es probable que la adaptación al medio marino de numerosas formas de mamíferos fuera provocada por la búsqueda de alimentos y que se viera ampliamente favorecida por la desaparición de los ictiosaurios de las aguas saladas. Los mamíferos que se adentraron en el mar (hace unos 50 millones de años) recibieron inmensas ventajas de este cambio de ambiente. Se multiplicaron sin problemas, adquiriendo adaptaciones cada vez más perfeccionadas a la vida acuática, hasta que se convirtieron en objeto del más emprendedor y perseverante de los depredadores: el hombre.

- Adaptación de algunos mamíferos a la vida marina


El cuerpo de los mamíferos acuáticos adquirió formas cada vez más hidrodinámicas (especialmente los delfines y rorcuales); las extremidades anteriores se transformaron en aletas pectorales adaptadas a la natación; la cola se transformó en aleta caudal. El cuerpo se llenó de masa adiposa, útil para mantener la flotación y para impedir las pérdidas de calor. No obstante, conservaron todas las características que distinguen a los mamíferos de otras clases animales: sangre "caliente" (homeotermia), respiración pulmonar, amamantamiento de una prole que viene al mundo después de un período de gestación en el cuerpo materno. Otros mamíferos que se han adaptado a la vida en aguas marinas son los pinnípedos, los sirenios y los cetáceos; los sirenios viven siempre en aguas someras, y algunos también se adentran en los ríos, mientras que los pinnípedos tienen costumbres anfibias, dado que vuelven a menudo a tierra para reposar, reproducirse y cuidar de sus crías.

- Cetáceos: mistcietos y odontocetos


Los que mejor se han adaptado a la vida en el mar, hasta el punto de haberse convertido en sus dominadores son los cetáceos, que conforman dos órdenes: los mistcietos (11 especies, entre ballenas y rorcuales) y los odontocetos (67 son las especies actuales).

+ Ballenas y rorcuales


Ballenas y rorcuales carecen de dientes verdaderos y están provistos de dos espiráculos (narinas) que, en comunicación directa con la tráquea, permiten la ingestión de alimentos con la boca bajo el agua sin que se obstaculice la respiración. Están dotados de particulares formaciones córneas de crecimiento continuo, las barbas o ballenas, adaptadas a un régimen planctófago y presentes en la boca del cetáceo en varias filas y en elevado número (hasta 800). Para nutrirse de un plancton de grandes dimensiones que recibe el nombre de krill (compuesto principalmente por pequeñas gambas, boquerones y sardinas), la ballena abre su enorme boca, se apodera de una gran cantidad de agua y la expele después de haber juntado las barbas que de este modo funcionan como filtros; la expulsión del agua se facilita al levantar la lengua contra el paladar.

+ Odontocetos: delfines, orca, narvales y cachalote


Los odontocetos tienen verdaderos dientes y están provistos de un espiráculo único. Su cuerpo fusiforme es un excelente modelo de hidrodinámica, tanto por su rendimiento como por su eficiencia; su inteligencia, especialmente en los delfines, es superior a la de los animales "imitadores", papagayos incluidos.

Los estudios efectuados durante años han revelado que los delfines se comunican entre sí mediante particulares sonidos y que son imitadores perfectos de la voz humana. A los odontocetos pertenecen las distintas especies de delfines, la ferocísima orca, los narvales y el cachalote.

Orcas en el mar
La orca está presente en la mayoría de mares y océanos, pero es poco abundante en el Mediterráneo. Mamífero feroz y agresivo, ataca a las ballenas, delfines y otros animales marinos.

- Migraciones de los cetáceos


Los cetáceos efectúan espectaculares migraciones, desplazándose de unos mares a otros gracias a su notable resistencia y a las reservas de energía que conservan en su capa adiposa subcutánea.

- Las ballenas: grandes mamíferos acuáticos


Las ballenas (familia balénidos) adquieren proporciones realmente gigantescas. La ballena de Groenlandia (Balaena mysticetus), por ejemplo, puede alcanzar de 18 a 20 metros de longitud. La enorme cabeza ocupa cerca de una tercera parte de toda la longitud del cuerpo; en ella se abre una boca de hasta cinco o seis metros de longitud y tres metros de anchura. Tiene formas rechonchas, el cuerpo desprovisto de pelos, con una epidermis relativamente fina, muy resistente, blanda y untuosa; bajo la piel hay una capa de grasa cuyo espesor varía de unos 20 a unos 45 centímetros.

+ La ballena de Groenlandia


La ballena de Groenlandia frecuenta las aguas septentrionales del Atlántico y del Pacífico, y asimismo las del Ártico. Su presencia está condicionada esencialmente por la del hielo, en cuya proximidad prefiere mantenerse, desplazándose o migrando hacia las altas o las bajas latitudes según la formación o la fusión de los bloques de hielo.

Contrariamente a otros grandes animales que viven aislados, este gran mamífero acuático es muy sociable; vive en pequeños grupos compuestos por no más de tres o cuatro individuos, pero durante las migraciones se congrega en bancos muy numerosos que se comunican entre sí por las vocalizaciones más diversas. La ballena de Groenlandia suele permanecer 10 o 15 minutos bajo el agua, perfectamente quieta, y emerger después a la superficie para respirar de cuatro a seis veces. Sin embargo, cuando va en busca de alimento puede permanecer más tiempo bajo el agua.

+ La ballena franca


Cuando duerme y el mar está en calma, la ballena franca flota a flor de agua, perfectamente inmóvil, manteniendo su equilibrio con las aletas pectorales y manteniendo fuera del agua apenas la extremidad cefálica. Se nutre de pequeños moluscos, de crustáceos y de plancton. Inatacable por los mayores peces que surcan el mar, aunque vulnerable a las orcas, esta ballena sufre en cambio el tormento de pequeños parásitos. Entre ellos destacan unos pequeños crustáceos denominados "piojos de las ballenas", que se instalan a centenares de miles en su dorso, corroyéndole la piel. Con todo, la presencia de estos parásitos externos no constituye un grave perjuicio para el gran mamífero, que a menudo alcanza una edad avanzada.

+ El hombre, el más despiadado enemigo de las ballenas


El más despiadado enemigo de la ballena es más bien el hombre, que le da caza desde tiempos casi inmemoriales para utilizar su grasa (de un solo individuo pueden obtenerse más de 20 toneladas de aceite), su hígado y sus huesos. Hoy no sólo la ballena de Groenlandia sino muchas otras ballenas y rorcuales están amenazadas de extinción en uno u otro grado. Tradicionalmente actuaba con arpones que hábiles arponeros arrojaban a mano; este método no permitía capturar muchos ejemplares. Con la introducción de los cañones lanza arpones, instalados sobre naves potentes y veloces, equipadas de radar y de sonar y apoyadas por helicópteros, los ejemplares capturados han alcanzado los cinco millones de cabezas (contando todas las especies comerciales), lo que ha puesto en peligro la supervivencia de las especies.

Para evitar su exterminio, la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, que cuenta con el apoyo de la ONU y otras organizaciones conservacionistas, intentan impedir o, como mínimo, regular su pesca.

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