jueves, 24 de diciembre de 2015

El sistema reproductor | Fisiología (XI)

Los organismos superiores, desarrollaron los sistemas reproductores para generar una descendencia, que permita a esa especie estar representada a lo largo del tiempo.

Espermatozoides, sistema reproductor y biologia

Los del ser humano le permiten formar las células sexuales o gametos. Existen dos tipos de células sexuales, las masculinas (producidas por el hombre), y las femeninas (producidas por la mujer).

En el proceso de fecundación, un gameto masculino se fusiona a otro femenino, para dar una célula huevo o zigoto, del que surgirá un organismo completo. La fecundación en los seres humanos es interna, es decir, la unión de los gametos se produce en el interior del cuerpo de la madre. Y es aquí, donde se desarrollan los primeros meses de vida del nuevo organismo, el cual establece una conexión con la madre para poder alimentarse y respirar. Por eso, se dice que el ser humano tiene un desarrollo vivíparo.

- Sistema reproductor masculino


El sistema reproductor masculino está formado por los órganos productores de gametos, los testículos, las glándulas reproductoras y el pene. La finalidad de este aparato es la formación y liberación de gametos masculinos, los espermatozoides.

+ Los testículos


Los testículos son dos órganos glandulares dispuestos en una bolsa externa del cuerpo, el escroto.

Cada testículo está dividido por unos 250 lóbulos con 2-3 conductos seminíferos cada uno. En estos conductos se producen los espermatozoides, en un proceso conocido como espermatogénesis, el cual aparece después de la pubertad.

Entre los conductos seminíferos se disponen unas células de Leydig, responsables de la producción de la hormona sexual testosterona. Ésta favorece la diferenciación de los órganos sexuales, así como la aparición de los caracteres sexuales masculinos.

+ Las glándulas reproductoras


Una vez que se producen los espermatozoides, éstos viajan por una serie de conductos, en los cuales se produce la maduración y selección de los mismos. El último de ellos es el conducto deferente, el cual desemboca en la vesícula seminal, lugar donde se acumulan los espermatozoides elaborados. Hay una vesícula por conducto deferente y, por tanto, por testículo. Son glándulas situadas en la parte posterior a la vejiga urinaria. Su misión es producir un líquido que aporta el 60% del medio en el cual se liberan "disueltos" los espermatozoides. En este líquido hay sustancias que son utilizadas como nutrientes por los gametos masculinos.

De cada vesícula seminal sale un conducto eyaculador, un tubo que desemboca en la uretra.

El punto de unión entre el conducto eyaculador y la uretra está rodeado por otro órgano glandular, la próstata. Ésta presenta varios conductos que se abren a la uretra, a la cual vierte su secreción.

Finalmente, se forma un fluido denominado semen, que está constituido por los espermatozoides del testículo, y los compuestos segregados por las glándulas reproductoras, vesícula seminal y próstata.

+ El pene 


El pene es el órgano de la copulación en el hombre. Es decir, su misión es depositar los espermatozoides, durante el coito, en el sistema reproductor femenino.

+ El espermatozoide


El proceso de formación de gametos masculino, también llamados espermatozoides, recibe el nombre de espermatogénesis.

Los espermatozoides se caracterizan por presentar un flagelo o cola, zona responsable del movimiento.

- Sistema reproductor femenino


El sistema reproductor femenino está constituido por los dos ovarios, las dos trompas, el útero, la vagina y los genitales externos. Este sistema se encarga de recibir los gametos masculinos, en él tiene lugar la fecundación y, finalmente, en él se produce el desarrollo del embrión.

Por otro lado, el ser humano se caracteriza, como el resto de mamíferos, por la presencia de unas glándulas mamarias o mamas. La mama (pecho) masculina es rudimentaria y sin función aparente, mientras que la presente en la mujer se encarga de producir un líquido o leche tras el parto, para alimentar al recién nacido.

+ Los ovarios


Los dos ovarios se localizan en una ligera depresión de la pared lateral de la cavidad pélvica. Tienen dos funciones principales: producción de los gametos sexuales femeninos u óvulos y secreción de las hormonas sexuales.

+ Las trompas uterinas


Las trompas uterinas, que también reciben el nombre de trompas de Falopio, son dos conductos, uno derecho y otro izquierdo. Permiten la conexión entre cada uno de los ovarios y el útero central. Sus paredes internas están recubiertas de unas células que tienen cilios para poder mover o desplazar los óvulos, que han sido liberados por los ovarios, hacia el útero.

+ El útero


El útero es un órgano muscular hueco de paredes gruesas. Es el órgano de la gestación y está situado en la cavidad pélvica. Presenta un estrechamiento, que recibe el nombre de istmo, y lo divide en dos partes: el cuerpo y el cuello, en cuya circunferencia se inserta la vagina.

El cuello presenta en su parte de contacto con la vagina una musculatura denominada cérvix, responsable de la dilatación necesaria para permitir la salida del feto durante el parto.

+ La vagina


La vagina es el conducto que pone en contacto la cavidad uterina con los genitales externos femeninos. Es el órgano de copulación en la mujer y el canal de nacimiento. Se abre al exterior por medio del orificio vaginal, que se dispone entre la abertura de la uretra y el ano.

+ Los genitales externos


Los órganos sexuales femeninos externos reciben el nombre en su conjunto de vulva. Son el monte de Venus, los labios mayores, los labios menores, el clítoris y el vestíbulo de la vagina.

+ El óvulo


El óvulo o gameto sexual femenino se forma en los ovarios en un proceso conocido como ovogénesis. Cuando una niña nace tiene aproximadamente 2 millones de ovocitos primarios, células precursoras de los óvulos. Una vez que alcanza la madurez sexual, bajo la influencia de unas hormonas, los ovocitos primarios van madurando uno a uno. Aproximadamente entre 300 y 400 maduran a lo largo de la vida de una mujer, una maduración que tiene lugar cada 28 días de media, desde la pubertad hasta la menopausia. El óvulo ya maduro es liberado por el ovario hacia las trompas de Falopio, una expulsión que recibe el nombre de ovulación. El óvulo está listo para que tenga lugar la fecundación.

- Fisiología de los sistemas reproductores


La finalidad última de los dos sistemas de reproducción, el masculino y el femenino, es la formación de un nuevo individuo. Para su consecución, experimentarán una serie de cambios necesarios.

+ Ciclo ovárico y menstruación


Para que tenga lugar la fecundación y la anidación en el útero, uno de los dos ovarios tiene que producir y liberar un óvulo y el útero tiene que hacerse más grueso, aumentando el espesor de su mucosa o endometrio. De esta forma se crean las condiciones necesarias e ideales para que se produzca el embarazo. Lógicamente, estos fenómenos tienen que estar sincronizados entre sí. De nada serviría que se produjese la ovulación si el útero no hubiese experimentado el cambio, en espesor, preparatorio para recibir al cigoto, y viceversa. Por esta razón, aparecen dos ciclos paralelos y sincronizados que comienzan a la vez y se repiten constantemente hasta que tiene lugar la fecundación. Los ciclos son el ciclo ovárico y el ciclo del útero.

El ciclo ovárico tiene una duración media de 28 días, aunque las variaciones son frecuentes y normales. Se divide en dos fases de unos 14 días cada una y en la mitad se produce la ovulación.

En la primera fase, las cavidades del ovario (folículos) que alojan y protegen a los óvulos comienzan a crecer y desarrollarse, formando diferentes capas de células sobre el óvulo.

Pasados los primeros 14 días, el folículo se aproxima a la pared del ovario y expulsan el óvulo hacia las trompas de Falopio en la ovulación. Aquí permanece con vida durante un tiempo en espera del espermatozoide. Si no hay fecundación muere.

Una vez que se produce la ovulación, el folículo se transforma en un órgano glandular, que sólo llevará a cabo su función si hay fecundación. Esta transformación es la segunda fase.

Mientras, el ciclo del útero comienza con el desprendimiento y expulsión de la pared extra de útero, que se formó en el ciclo anterior, al no haberse producido la fecundación. Este fenómeno causa una rotura de los capilares sanguíneos provocando unas hemorragias denominadas, menstruación. A continuación el endometrio comienza a desarrollarse de nuevo, alcanzando su estado ideas para la anidación unos 14 días después de la ovulación. Si no se produce la fecundación, el endometrio se desprende iniciando así un nuevo ciclo. Es decir, dos menstruación seguidas, ciclo menstrual, actúan como señales para determinar el tiempo medio de duración de los dos ciclos.

Los ciclos se repetirán consecutivamente mientras no exista fecundación.

+ La fecundación


La fecundación es la unión del óvulo y el espermatozoide en el interior del cuerpo de la mujer, por lo que es una fecundación interna. Para que tenga lugar, es preciso depositar los espermatozoides, inmersos en el semen, en el sistema reproductor femenino. Este hecho se consigue con la introducción del pene erecto en la vagina durante el acto sexual o cópula.

Una vez que los espermatozoides llegan a la trompa gracias a sus flagelos, tenderán a encontrar el óvulo maduro proveniente de la ovulación. Una vez hallado, lo rodean hasta que sólo uno es capaz de atravesar las membranas del óvulo.

En ese momento, se fusionan los núcleos de los gametos para formar una célula huevo o cigoto, que comienza a sufrir el desarrollo embrionario hasta constituirse en un organismo completo.

+ El embarazo y el nacimiento


El embarazo es el periodo que transcurre desde el comienzo de la última menstruación hasta el nacimiento, mientras que el periodo de gestación es desde la fecundación hasta el nacimiento. De ahí que el embarazo dure 280 días, y la gestación sólo los últimos 266. Por razones prácticas siempre se habla de embarazo, ya que, el momento en el que se produjo la fecundación puede ser un dato desconocido.

Una vez formada la célula huevo tras la fecundación, ésta desciende tras la fecundación, ésta desciende por la trompa de Falopio hasta alcanzar el útero, en cuya pared, se aloja e implanta. Y, es aquí, donde verdaderamente comienza el desarrollo embrionario.

En un momento dado, resultado de la interacción entre el tejido materno de la pared del útero y la última capa del embrión, se empieza a desarrollar una masa de tejido especial denominado placenta.

La placenta es la responsable del intercambio de gases y nutrientes entre la circulación sanguínea de la madre y la del nuevo organismo. Además, también por difusión el embrión dirige sus productos de desecho hacia la placenta, de donde son absorbidos por la circulación materna.

El embrión se une a la placenta por medio del cordón umbilical, un conducto que desarrolla él mismo. No solamente el cordón permite al embrión un intercambio de sustancias y, por tanto, la vida, sino que además le permite disponerse libremente dentro de una estructura suya denominada saco amniótico, el cual se encuentra lleno del líquido amniótico.

Tras el desarrollo completo de todas las estructuras del niño, éste nace en los días indicados anteriormente, si bien, el nacimiento de un bebé no tiende a suceder en su día exacto. Normalmente, nacen en un margen de dos semanas en torno a ese día.

El momento del nacimiento recibe el nombre de parto, el cual se encuentra dividido en tres etapas: dilatación, expulsión y placentaria.

La dilatación comienza con las contracciones de los músculos del útero hasta que el cuello del útero se dilata por completo, es decir, se abre. Esta apertura permite la expulsión del niño, el cual comienza a salir por la cabeza. Finalmente, en la tercera etapa se produce la expulsión de los líquidos, placenta y cordón unido.

El cordón que había permitido a la madre dar la vida a su hijo, es ahora cortado. El niño comienza a respirar por sí mismo, el primer respiro se acompaña de un llanto.

- Los cambios corporales


Las diferencias entre los hombres y las mujeres no surgen de forma explosiva. Es decir, nadie se levanta como un niño o una niña y se acuesta siendo un hombre o una mujer.

A lo largo de la vida de las personas existe un proceso gradual y sumativo de cambios en la estructura del cuerpo. Este proceso termina con la adquisición definitiva de los caracteres adultos.

Todos los cambios que se producen vienen determinados por la aparición o ausencia de una serie de hormonas que actúan de forma muy específica, en función de si uno es varón o hembra.

Los primeros cambios aparecen en el feto. En las primeras seis semanas los genitales de los dos sexos son idénticos.

A partir de esta semana, en función de si el feto es niño o niña, comienza a producirse los cambios que llevan a la formación definitiva de los genitales tal y como se conciben.

Tras el parto se produce un crecimiento del cuerpo y, por tanto, no existen cambios corporales. Tan sólo un aumento en las estructuras existentes. Se dice que los dos primeros años de vida son una continuación del crecimiento rápido del feto.

Después este crecimiento disminuye hasta la llegada de la pubertad, donde se experimenta el segundo crecimiento rápido del cuerpo. Pero, el hecho más distintivo de esta etapa no es el crecimiento, sino los grandes cambios corporales que llevan a la madurez sexual, es decir, el ser humano en esta etapa de su vida se vuelve fértil.

La pubertad llega entre los 10 y los 15 años en los chicos, y entre los 8 y 14 en las chicas.

El primer cambio en las chicas es el desarrollo de los pechos, mientras que en los chicos se produce un aumento de los testículos y el pene.

Después de esta modificación, tanto en los chicos como en las chicas aparece pelo en diferentes partes del cuerpo.

Después tiene lugar el crecimiento de los huesos y los músculos. Un crecimiento que se traduce con el aumento en altura del chico y la chica.

Otro de los cambios que se producen tiene que ver con las formas del cuerpo. La pelvis de la mujer se hace más ancha que la de los hombres. Este cambio se visualiza en unas caderas más anchas. La finalidad de esta diferencia es permitir o facilitar la salida del bebé en el parto.

Mientras, y a diferencia de las chicas, los chicos ensanchan más los hombros y el pecho que otras partes el cuerpo como las caderas.

Otro de los cambios importantes, que se produce, en la pubertad tiene que ver con la grasa corporal. Los dos sexos engordan, si bien los tienden a perder esa grasa corporal adquirida cuando comienzan a desarrollar los músculos.

En ciertas ocasiones, hay chicos que pueden pasar por un periodo de cierto parecido físico a las chicas. Esto es normal y transitorio.

Cuando se comienza a desarrollar los músculos, la grasa adquirida se pierde y el chico comienza a adquirir la apariencia de tal.

Se sabe que entre el 30 y el 50% de los chicos desarrollan ligeramente los pechos por este incremento de grasa. A este fenómeno se le conoce como ginecomastia y es resultado de un aumento en la concentración de determinadas hormonas. En torno al año desaparece espontáneamente.

Es importante resaltar, que estos cambios corporales tienen lugar en varios años, y que no tiene porqué empezar a la misma edad entre los distintos chicos y chicas. Habrá jóvenes que empiecen antes que otros, pero todos llegarán a ser lo mismo, hombres o mujeres.

De forma concreta, en los chicos las cuerdas vocales se alargan haciéndose más gruesas. Este cambio tiene como consecuencia una voz más profunda en los chicos.

Las grandes variaciones hormonales, responsables de estos cambios en el cuerpo de las chicas y los chicos, causa de forma paralela que la piel comience a segregar una sustancia grasienta.

Esta sustancia la liberan las glándulas sebáceas. En este momento la piel grasa se vuelve susceptible de presentar acné. La aparición de estos granos es, por tanto, normal. Y en todos los casos termina por desaparecer.

+ El despertador


Todo los cambios corporales que experimentan las chicas y los chicos surgen por la acción de una especie de despertador interno, presente en el hipotálamo. Antes se comentaba que el inicio de la pubertad puede variar de una persona a otra.

La explicación es bien sencilla, se podría decir que los despertadores de las distintas personas tienen puesta la alarma a distintas horas. Pero, al final, todos los despertadores suenan, y todos los chicos y chicas se despiertan a la madurez.

Existe una cascada de hormonas que viajan de una estructura a otra activándola para liberar nuevas hormonas. Al formar una vía de comunicación común, recibe el nombre de eje hipotálamo-hipófisis-gónada.

Una vez que suena el despertador, el hipotálamo segrega la hormona GRH (hormona liberadora de gonadotrofina). Ésta viaja hasta la siguiente glándula que segrega dos hormonas: la luteinizante (LH) y la foliculoestimulante (FSH).

La producción de estas hormonas es fundamental. Son las responsables del desarrollo sexual y de todos los demás cambios corporales de la pubertad. Una acción que llevan, al llegar a sus órganos diana, las gónadas, es decir, los ovarios y los testículos.

En los chicos, la llegada de la hormona FSH determina la formación del esperma, mientras que la LH estimula la producción de la testosterona.

Ésta es la hormona masculina por excelencia, al ser la responsable de la aparición de los cambios corporales acontecidos en la pubertad del chico. Unos cambios que llevan a la adquisición de las características sexuales secundarias: desarrollar muscular, cambio de la voz, crecimiento, aparición del pelo, etc.

En las chicas, la hormona FSH estimula el crecimiento de los folículos del ovario y la producción de los estrógenos. Mientras que la hormona LH es la responsable de la ovulación y la producción de la hormona progesterona. Los estrógenos constituyen las hormonas sexuales femeninas. Son las responsables de las características sexuales femeninas, que se adquieren con los cambios corporales de la pubertad.

Por tanto, las modificaciones en la estructura del cuerpo de los seres humanos son procesos normales, que surgen por la activación de un eje hormonal. Así, durante el embarazo, los fetos tienen parcialmente activado el eje para desarrollar las gónadas, aunque sea parcialmente. Una activación que durará hasta el primer año tras el parto. A continuación se inactiva, la hormona GRH decae, hasta que suena de nuevo el despertador en la pubertad.

- Patologías relativas al sistema reproductor


Las enfermedades que experimenta el ser humano con el sistema reproductor pueden estar relacionadas con la reproducción, o con la sexualidad.

Por ejemplo, tanto en la mujer como en el hombre pueden sufrir inflamaciones de sus órganos sexuales. Así, la vaginitis o la prostitis son el resultado de la inflamación, respectivamente, de la vagina y de la próstata.

También se pueden producir variaciones en los niveles hormonales, enfermedades congénitas que conllevan una producción defectuosa de gametos, u obstrucción de los conductos. En definitiva, un porcentaje de estas enfermedades pueden llevar a una esterilidad en el ser humano, es decir, a una incapacidad para generar nuevos organismos. En función del grado de afección, será o no reversible.

Por otro lado, existe un grupo de enfermedades conocidas como enfermedades de transmisión sexual o ETS. Se transmiten por los conductos sexuales y no tienen porque afectar a los órganos sexuales. Son producidas por hongos, levaduras, bacterias, virus o protozoos.

Entre las causadas por las bacterias destaca la sífilis y la gonorrea. Sin embargo, la enfermedad de transmisión sexual más importante es el SIDA.

De esta forma, la única manera de no contraer el SIDA o de prevenir cualquier ETS, es con la abstinencia, el tener una relación con una persona no infectada o utilizar como método anticonceptivo el preservativo.

- Métodos anticonceptivos


Los métodos anticonceptivos surgen para evitar que la sexualidad implique o tenga como consecuencia la reproducción.

En 1971, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realiza un informe en el cual, indica que los derechos humanos de todos los individuos, parejas y familias deben ser respetados en cuanto al número de hijos que quieran tener, el momento de la fecundación y el uso o no de métodos anticonceptivos.

Sin embargo, recomienda que para una buena salud de la mujer, los embarazos tendrían que suceder después de los 18 años y antes de los 35 años. Además, habría que mantener un mínimo de dos años como tiempo óptimo entre dos nacimientos.

Pero, el método anticonceptivo no sólo surge para cumplir los objetivos sugeridos por la OMS, sino que además, el uso de algunos de ellos puede evitar contraer las enfermedades infecciosas de transmisión sexual.

Existen dos grandes grupos de métodos anticonceptivos, los métodos naturales y los métodos barrera.

+ Métodos anticonceptivos naturales


Los métodos naturales se basan en la abstinencia, durante los días fértiles, de mantener relaciones sexuales. Este método puede ser planteado por aquellas personas que por razones morales y/o religiosas no deseen utilizar los métodos barrera.

Existen diversos métodos naturales, desde los muy eficaces como el método de la temperatura hasta los que no pueden considerarse eficaces como el del calendario. Todos requieren de una buena conservación y estudio de las propias características de la mujer, en busca de aquellos días no fértiles.

+ Métodos anticonceptivos barrera


Los métodos barrera han experimentado un aumento en su uso, probablemente, por la aparición de las ETS, ya que, a diferencia de los métodos anteriores, éstos sí son capaces de proteger al individuo frente a esas enfermedades.

Cualquier método barrera evita el contacto positivo entre los gametos masculinos y el gameto femenino. Se puede conseguir mediante sustancias que "inactivan" a los gametos masculinos, como los espermaticidas, aunque no son muy eficaces y, es probable, que no sean un método de prevención ante las ETS. Y mediante métodos que evitan un contacto físico entre los gametos, como el diafragma en las mujeres o el preservativo en los hombres.

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- Serie de artículos sobre Fisiología


+ Fisiología (I): el cuerpo humano

+ Fisiología (II): el aparato locomotor

+ Fisiología (III): el sistema circulatorio

+ Fisiología (IV): el aparato respiratorio

+ Fisiología (V): el sistema nervioso

+ Fisiología (VI): los órganos de los sentidos

+ Fisiología (VII): el sistema inmune

+ Fisiología (VIII): el aparato digestivo

+ Fisiología (IX): el sistema urinario

+ Fisiología (X): el sistema endocrino

+ Fisiología (XII): nutrición y alimentación