Ante todo hace falta saber escoger el mapa más indicado, según las dimensiones de la zona que nos interesa (¡para una excursión a la montaña no nos sirve un planisferio!) y según las características que nos interesan (un geólogo, por ejemplo, no utilizará un mapa etnográfico para sus estudios).
- Obtener el máximo posible de información del mapa
El siguiente paso consiste en obtener de forma correcta el máximo posible de información. En el caso de usar un mapa topográfico o un plano es importante orientarlos de manera exacta, mucho más que si se trata de un mapa geográfico general, dado que de la orientación correcta dependerá la elección de un camino a seguir y, por tanto, la capacidad de orientarse en las excursiones o paseos.
- Orientarnos debidamente ante un mapa: el uso de la brújula
Teniendo en cuenta que, excepto si hay indicaciones contrarias, la cabecera de los mapas (el margen superior) coincide con el norte de la zona reproducida, será suficiente con sobreponer una brújula precisa sobre el mapa horizontal para individualizar el Norte. La orientación correcta se obtendrá colocando la brújula de manera que su aguja indica el Norte quede paralela a los márgenes laterales del mapa.
- Lectura de la leyenda y escala del mapa
Para las demás informaciones referentes a la zona cartografiada, se deberá consultar la leyenda, en la que se explica el significado de todos los símbolos representados. También se deberá leer atentamente la escala del mapa para poder conocer así las distancias y las dimensiones reales a partir de las obtenidas del mapa.
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- La Tierra sobre una hoja de papel
+ Las coordenadas geográficas
+ La cartografía terrestre
+ La escala en los mapas
+ ¿Cómo nace un mapa?
+ Las proyecciones geográficas