Las células germinales de ambos sexos poseen una estructura diferente tanto en el hombre como en los demás animales.
- El espermatozoide
El espermatozoide producido por los testículos masculinos es una célula flagelada típica: la cabeza, ligeramente puntiaguda en su ápice donde se concentra casi todo el material nuclear, se prolonga en una larga cola flexible y móvil indispensable para el movimiento.
- El óvulo
El óvulo, de mayor tamaño, está rodeado por una membrana denominada zona pelúcida y por las células foliculares que forman la llamada corona radiada. Mientras que los testículos producen continuamente espermatozoides en gran número a partir de la pubertad, es decir desde el momento en que el organismo ha madurado desde el punto de vista sexual, los óvulos maduran uno a uno cíclicamente, por lo general cada 28 días aproximamente (fenómeno de la ovulación).
- El fenómeno de la menstruación
Los ovarios se alternan a la hora de ovular. En la mujer (al igual que en todas las hembras de los demás mamíferos) el desarrollo del óvulo fecundado se produce dentro de la cavidad del útero. Todos los meses la pared uterina experimenta un engrosamiento debido a la hinchazón de los vasos sanguíneos, con objeto de albergar el óvulo. Si éste no es fecundado, la mucosa (el tejido epitelial que reviste el útero) se desgarra en superficie y la sangre que la satura sale al exterior: es el fenómeno de la menstruación.
- La fecundación del óvulo
La fecundación del óvulo se produce en las trompas de Falopio que unen los ovarios con el útero. Aun siendo innumerables los gametos masculinos, tan sólo uno consigue traspasar las membranas protectoras externas de la célula femenina y unirse con ella. En cuanto el espermatozoide penetra se produce una serie de cambios fisicoquímicos en el citoplasma del óvulo que altera profundamente su consistencia y naturaleza, bloqueándose de esta forma la entrada de otros gametos masculinos.
- De cigoto a ser humano
Anidado en la cavidad del útero, el cigoto (nombre que se da a la célula huevo fecundada) pasará entonces por todas las transformaciones y diferenciaciones necesarias para la progresiva constitución de un nuevo ser humano. Durante los 270 días (nueve meses) que dura el embarazo, el feto se desarrolla en el vientre materno que lo nutre y oxigena. Al término de los nueve meses, el útero de la madre se dilata y mediante fuertes contracciones empuja al exterior a un pequeño ser perfecto e independiente.
Con el corte del cordón umbilical, que a lo largo de todo el embarazo transportó sustancias nutritivas de la madre al embrión y productos de desecho en sentido contrario, se cierra el último capítulo de una historia y se abre el inicio de otra en un mundo diferente.
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