Los órganos de los sentidos en los artrópodos se pueden clasificar de diferentes formas, aunque principalmente se agrupan en sensilas ópticas y no ópticas.
- Clasificación de los órganos de los sentidos en artrópodos: sensilas ópticas y no ópticas
+ Clasificación de las sensilas ópticas en los artrópodos: ocelos, estemmatas y ojos compuestos
A su vez, las sensilas ópticas se pueden clasificar en ocelos, estemmatas y ojos compuestos.
. Ocelos
Son los elementos fotorreceptores más simples. Estos ocelos constan de una lente simple (córnea), bajo la cual se encuentran las células retinianas sensoriales. Estas células pueden formar o no rabdomas, que son las estructuras que recogen la luz y trasmiten al cerebro la señal a través del nervio óptico. A veces este ocelo está rodeado por una capa de pigmento, el cual actúa principalmente como capa de refracción.
. Estemmatas
Son fotorreceptores más complejos porque bajo la córnea suele aparecer una segunda lente, el cristalino. Además, las células retinianas sensoriales forman rabdomas.
. Ojos compuestos
Sólo aparecen en crustáceos e insectos. El principal rasgo que distinguen los ojos compuestos de los ocelos es que en los primeros la córnea está dividida en un gran número de facetas, mientras que en cada ocelo solo encontramos una faceta. La ommatidia constituye la unidad sensorial de ojo compuesto. Los ojos compuestos son agregaciones de ommatidias, de las cuales cada una corresponde con una de las facetas de la córnea.
+ Clasificación de las sensilas no ópticas en los artrópodos: con o sin componente cuticular externo
Las sensilas no ópticas se dividen también en dos clases, con componente cuticular externo y sin componente cuticular externo.
. Con componente cuticular externo
Pueden ser de tipo mecanorreceptor y quimiorreceptor (olfato y gusto). El órgano sensitivo más simple es la seta.
. Sin componente cuticular externo
Son todos los mecanorreceptores, es decir, los receptores sensoriales que reaccionan ante la presión mecánica. Estos mecanorreceptores son conocidos como escolopóforos, que relacionan una zona externa con una estructura u órgano interno. Este escolopóforo está constituido por tres células: una célula sensorial, una célula envolvente y una célula terminal.
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Artículo redactado por Pablo Rodríguez Ortíz, Graduado en Biología por la Universidad de Málaga.