La jirafa es hoy el animal más alto del mundo. Hace 1.050 millones de años hubiera parecido enana junto al altísimo dinosaurio saurópodo de cuello largo, que tenía tres veces su altura. El esqueleto del Brachiosaurus –el más alto– de un museo, muestra que con su gran alzada podría haber curioseado por la ventana de un cuarto piso.
- El Brachiosaurus era el saurópodo más alto, pero el Mamenchisaurus tenía el cuello más largo
Algunos saurópodos tenían el cuello más largo que él. El de cuello más largo –que sepamos– fue el Mamenchisaurus. Cierta especie tenía un cuello más del doble de largo que la altura de una jirafa. De haberse alzado sobre sus patas traseras podría haber sido más alto que el Brachiosaurus.
- La presión del agua sobre el cuello y el pecho, un posible impedimento para los saurópodos a la hora de bañarse en los lagos: eran más bien de tierra firme
Hubo un momento en que los científicos pensaron que los saurópodos se revolcaban en los lagos, usando el cuello para sacar la cabeza del agua. Ahora sabemos que la presión del agua sobre el cuello y el pecho podría haberlos ahogado. Los saurópodos probablemente vivían en tierra, bajando la cabeza para coger helechos y subiéndola para mordisquear las hojas de las ramas que otros animales no alcanzaban. El Mamenchisaurus podía disfrutar de las hojas más altas para él solo.
- El corazón de estos dinosaurios: especialmente fuerte para bombear la sangre hasta el cerebro
El corazón de uno de estos dinosaurios debía ser muy fuerte para bombear la sangre hasta el cerebro. Algunos científicos piensan que quizá tuvieran un corazón auxiliar en el cuello. Lo más probable es que los músculos del cuello hicieran circular la sangre. Tal vez tuvieran válvulas o pequeñas compuertas en los vasos sanguíneos, para que la sangre circulara hacia arriba y no volviera a bajar, como ocurre en las jirafas.