La paleontología y la geología han sido capaces de reconstruir en orden de sucesión cronológica la aparición de las primeras formas vivas, su progresiva organización en formas más complejas, su consolidación, su desarrollo y en algunas ocasiones la desaparición de grupos enteros de especies. Ésta es la demostración más evidente del gran acontecimiento que en el curso del tiempo ha afectado a los seres vivos: el fenómeno de la evolución. Además de los tratados por la paleontología, existen toda una serie de argumentos a favor de la evolución que proceden de campos y disciplinas muy diversos.
- La anatomía comparada
La anatomía comparada, la ciencia que compara las estructuras anatómicas de los distintos organismos animales, muestra por ejemplo que, al analizar todos los individuos pertenecientes a un mismo grupo sistemático, se encuentran similitudes en el desarrollo de los órganos homólogos.
+ Ejemplo respecto a la anatomía comparada: la extremidad pentadáctila en el delfín, pájaros y murciélagos
Véase, por ejemplo, cómo la organización de la típica extremidad pentadáctila (de cinco dedos) de los vertebrados está presente en la aleta del delfín o en las alas de los pájaros y de los murciélagos, aun mostrando, en algunas ocasiones, notables variaciones según las diversas funciones. La explicación más simple e inmediata de este hecho es que estos animales evolucionaron a partir de un antepasado común cuya pata estaba formada por los mismos huesos presentes hoy en día.
+ Presencia de huesos de la pelvis y del fémur sin valor funcional para el poseedor y en diferentes especies
En este sentido es posible explicar la presencia en ciertas especies de órganos rudimentarios, sin valor funcional para quien los posee. Un ejemplo, entre otros muchos posibles, sería el de los huesos de la pelvis y del fémur extremadamente reducidos de las ballenas y de las serpientes. Estos vestigios evolutivos testimonian la procedencia de ambos animales de un antepasado con patas.
- La embriología: elemento a favor de la hipótesis de la evolución
También la embriología proporciona un elemento a favor de la hipótesis evolutiva. Los embriones de animales muy diferentes entre sí son muy parecidos durante los primeros estadios de desarrollo.
En efecto, resulta muy difícil distinguir entre sí jóvenes embriones de las diferentes clases de vertebrados, por ejemplo de un tiburón, de una gallina o del hombre. La forma general, la cabeza con ojos, las extremidades, el corazón y la cola son parecidos. En estos animales se observa también otro dato sorprendente: las hendiduras branquiales (es decir las aberturas que darán origen a las branquias en los peces) aparecen en el desarrollo embrionario de todos los individuos mencionados, incluido el hombre, casi como prueba de que el antepasado de todos ellos, el primer vertebrado, fue un animal marino con branquias funcionales.
+ Ley embriológica
Muchas más observaciones de este tipo han llevado a los biólogos a enunciar la siguiente ley embriológica: la ontogenia (el desarrollo del individuo, desde el óvulo hasta el adulto) resume la filogenia (la historia evolutiva de la especie). En otros términos se puede afirmar que en el lapso de tiempo que separa el óvulo fecundado del animal adulto se observan, resumidas, las etapas fundamentales de la historia de la especie.
- La evolución y las idénticas moléculas de la vida en los seres vivos
La evolución permite además entender cómo es posible que las moléculas de la vida (proteínas, carbohidratos, lípidos, ADN) sean idénticas para todos los seres vivos: la procedencia de los organismos de antiguos antepasados comunes proporciona la explicación lógica de este aspecto unitario de las diferentes formas de vida.
- Estudio de la distribución geográfica de las plantas y animales
El estudio de la distribución geográfica de las plantas y de los animales proporciona asimismo importantes pruebas. Se ha observado, por ejemplo, que en los continentes que quedaron aislados durante un largo período en el curso de la historia del planeta se han conservado especies particulares o bien se han formado otras completamente nuevas.
+ Ejemplo: la fauna de Australia
Un ejemplo clásico lo proporciona la fauna de Australia, único continente poblado por mamíferos marsupiales y en el que los placentados, más evolucionados y de origen más reciente que los primeros, están ausentes. La evolución explica esta aparente rareza: la separación de Australia del bloque continental, según postula la geología, aisló, al igual que náufragos en una balsa, a los marsupiales, que posteriormente se diversificaron en diferentes especies que únicamente ocuparon aquellas tierras.
En los demás continentes los mamíferos placentados, más evolucionados y aparecidos justo después, entraron en competencia con los marsupiales, suplantándolos. La teoría de la evolución, además de ser avalada, como hemos visto, por una larga lista de pruebas, es el gran principio unificador de la biología, capaz de interpretar fenómenos del mundo vivo muy diferentes entre sí y aparentemente desvinculados.