lunes, 18 de noviembre de 2013

La germinación de la semilla

El embrión es una fiel imagen microscópica de la planta: el endosperma, cuya cantidad varía en función del núcleo de semillas, está específicamente destinado a alimentar al embrión durante su crecimiento. En cuanto éste empieza a desarrollarse o más bien a germinar, los cotiledones presentes en número variable según los grupos de plantas, uno (en las monocotiledóneas), dos (en las dicotiledóneas), o más (en las gimnospermas), proceden a absorber las sustancias nutritivas del endosperma.

Germinacion de la semilla y biologia

- Los tegumentos protectores de la semilla: consistencias diversas


Los tegumentos protectores de la semilla tienen consistencias muy distintas: en algunos son durísimos e impermeables; otros en cambio son finos y entonces al pericarpio del fruto atañe la protección de la semilla. En las nueces, por ejemplo, el tegumento es aquella finísima piel que recubre la parte comestible de la nuez, mientras que la cáscara es parte del fruto propiamente dicho. En algunos casos el tegumento tiene espinas, pelos y estructuras vellosas. Bajo las condiciones adecuadas, absorbe agua, se hincha y se vuelve mucilaginoso, reteniendo humedad que será muy útil en el momento de la germinación.

- La capacidad germinativa de las semillas: de días, a años


A diferencia del mundo animal, en el que los huevos empiezan a desarrollarse prácticamente tras la fecundación, en las plantas la germinación no tiene porqué ser un proceso rápido, ya que la mayoría de las semillas conserva la capacidad germinativa durante mucho tiempo. Aunque algunas semillas pierden la capacidad de germinar a los pocos días, otras la conservan durante 15 años si se les conserva en lugares frescos y secos, y otras incluso durante 100 o 150 años. Son famosos los casos de ciertas semillas de loto hindú encontradas en materiales fósiles de 3.000 años de antigüedad que, en las condiciones adecuadas, germinaron, o el caso de las semillas de altramuz ártico descubiertas en el permafrost polar, cuya antigüedad oscila entre los 6.000 y los 10.000 años.

+ La longevidad de la semilla: relacionada con el ambiente


La longevidad de una semilla está relacionada con el ambiente donde se la conserva: muchos precisan de un ambiente seco y sin oxígeno, mientras que otras precisan agua, como el roble o la haya, pues de lo contrario se secan y pierden la capacidad de germinar.

- Exigencias básicas para la germinación de la semilla


Las exigencias básicas para que una semilla germine son: una temperatura adecuada, agua y oxígeno. La temperatura no debe bajar de los 0º C ni sobrepasar determinados máximos, variables en cada tipo de vegetal (para el trigo, por ejemplo, las temperaturas mínimas, media y máxima son respectivamente de 5, 28 y 42º C). El agua es indispensable par que los tegumentos de la semilla puedan hincharse y romperse para permitir que aflore la raíz o el pequeño tallo. El oxígeno del aire debe ser abundante, pues la respiración celular aumenta, por lo que es difícil que en un terreno compacto, donde la aireación y el aporte de oxígeno son escasos, germinen las semillas.

- El comportamiento de las semillas a la luz


En cuanto a la luz, el comportamiento de las semillas es muy diferente: en algunos casos, como en el tabaco, el digital, algunas lechugas y muchas prímulas, las semillas son tan sensibles que una exposición mínima a la luz es suficiente para desencadenar el proceso germinativo. Totalmente contraria es la reacción de, por ejemplo, la calabaza amarga, común en los terrenos arenosos, que sólo germina en la oscuridad aunque debe tener la humedad necesaria, o bien las semillas del ciclamen que tienen que estar totalmente enterradas para germinar.

- El papel de los animales en la germinación de muchas semillas


Muchas semillas pasan por el intestino de un animal para poder germinar, pues los jugos gástricos e intestinales tienen el poder de anular el efecto de sustancias inhibidoras de la germinación. Uno de los ejemplos más curiosos al respecto es el de un tomate de las islas Galápagos cuya germinación sólo se produce tras haber pasado por el intestino de las tortugas gigantes que habitan en esa tierra.

- El fuego, activador de la germinación de la semilla


El fuego es un excelente activador de la germinación: en Gran Bretaña al epilobium se la llama "hierba del fuego", porque nace inmediatamente después de un incendio o incluso después de una pequeña hoguera.

- La raíz y el tallo, tras la germinación


Independientemente de la posición de la semilla, la pequeña raíz penetra en el suelo en cuanto germina, alargándose hacia abajo, mientras que el tallo se dirige hacia la superficie. La raíz crece más rápidamente, puesto que a ella le corresponde fijar la planta al suelo y, en cuanto se desarrollan los pelos radicales, absorber el agua y las sales.

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