Vamos a ver en esta entrada cómo se produce la polinización en las plantas, y los diferentes medios de transporte del polen.
- La fecundación en las plantas superiores dotadas de flores: cruzada, y para nada sencilla
En las plantas superiores dotadas de flores, la reproducción se produce por la unión de la célula masculina (núcleo espermático) con la femenina (oosfera), situadas en distintas partes de la flor. Se podría suponer que en aquellas flores que denominamos hermafroditas, es decir, dotadas tanto de órganos masculinos como femeninos, la fecundación es extremadamente sencilla pues depende de la unión del gameto macho con el óvulo. Mas no es así. La naturaleza intenta por todos los medios que la fecundación sea cruzada, es decir, que se produzca entre elementos pertenecientes a plantas y flores distintas, y emplea toda su sutileza para que el polen de las anteras de una flor hermafrodita no caiga en el estigma. El estilo, por ejemplo, es generalmente más alto que los estambres, mientras que el polen y los óvulos maduran en momentos diferentes.
+ ¿Cuál es la razón para imposibilitar la fecundación directa en las plantas?
La razón de imposibilitar la fecundación directa es muy conocida por los botánicos que han descubierto que con la fecundación cruzada se pueden conseguir plantas más robustas, flores más hermosas y frutos más seleccionados.
- Los diferentes medios de transporte del polen
El transporte de polen es por tanto de vital importancia, y tiene lugar por distintos medios (a través de insectos, pájaros, moluscos, el agua y el viento).
+ El transporte de polen por el viento
En primavera el viento levanta en el bosque nubes de polvo dorado: es el polen que las coníferas producen sin medida, al igual que todas las plantas confían al viento su polinización (polinización anemófila). Los granos de polen poseen pequeñas vesículas llenas de aire que les confieren una mayor ligereza y les permiten sostenerse flotando hasta con la más suave brisa.
+ La polinización por medio del agua: exclusiva de plantas acuáticas
La polinización por medio del agua (hidrófila) es exclusiva de las plantas acuáticas, que confían la fecundación a órganos florales flotantes. Tal es el caso de la Vallisneria spiralis, que se encuentra adherida al suelo de las cuencas lacustres. Las plantas macho viven totalmente sumergidas y en el momento de la floración desprenden pequeños grupos de flores estaminíferas que se separan del tallo y emergen a la superficie con sus anteras cargadas de polen. Las plantas hembra alargan el pedúnculo floral hasta la superficie del agua para que los estigmas plumosos recojan con facilidad el polen de las flores macho flotantes. Una vez la fecundación ha tenido lugar, los pedúnculos de las flores hembra se retuercen en espiral y depositan los frutos sobre el barro del fondo.
+ La fecundación a través de animales –principalmente insectos–
Sin duda la fecundación a través de los animales es más común y variada, pues cada especie animal está especializada casi por completo en un determinado tipo de flor. Por ejemplo, los colibríes al chupar el néctar del cáliz de las orquídeas se impregnan de polen, que van depositando al pasar de flor en flor. En las zonas húmedas los caracoles, al ser atraídos por las partes carnosas de la flor, transportan los granos de polen. Pero son sobre todo los insectos (polinización entomófila), los que al volar de corola actúan como incansables prónubas (favorecedoras de la unión de las flores). Los himenópteros (las abejas) son excelentes para la polinización de las labiadas (por ejemplo la salvia). En la flor de esta planta los estambres (de origen masculino) tienen forma de balancín; por consiguiente, cuando el insecto entra en la corola, se encorvan sobre el dorso del huésped que queda cubierto de polen, y al penetrar el insecto en otra flor de salvia, los órganos femeninos de la misma lo recogerán.
- ¿Qué sucede tras la polinización?
Al depositarse el grano de polen (la micróspora) en el estambre, éste germina inmediatamente formando el gametófito masculino (denominado tubo polínico) que se insinúa en el tejido del estigma y se va alargando hasta alcanzar el ovario, y por lo tanto el óvulo. Entre tanto éste (la macróspora) también ha germinado dando origen al gametófito femenino, en el que destacan dos partes fundamentales: la oósfera, verdadera célula germinal femenina, y el núcleo secundario. En ambos el tubo polínico introduce un agente fecundante o núcleo espermático, dando así lugar a una doble fecundación.
Mediante sucesivas subdivisiones de la oósfera fecundada nacerá el embrión, pequeña planta en miniatura en la que es posible distinguir una pequeña raíz, unas pequeñas hojas (los cotiledones) y una yema (la plúmula). El núcleo secundario formará el endosperma, un tejido de reserva. El embrión y el endosperma protegidos por las capas exteriores del óvulo (el tegumento), formarán la semilla, promesa de una futura planta. Al mismo tiempo se va transformando el ovario, que se prepara para adoptar el aspecto final de fruto, en cuyo interior permanecerán las semillas hasta llegar el momento de la diseminación.
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