miércoles, 16 de octubre de 2013

La piel: dermis y epidermis

La piel es una envoltura blanda, elástica e impermeable que recubre el cuerpo sin interrupciones, puesto que en los orificios naturales del cuerpo continúa en las membranas mucosas internas.

Piel dermis epidermis

Posee una superficie más extensa que la del cuerpo que cubre debido a los numerosos pliegues que presenta. Su espesor varía en cada individuo y depende de múltiples factores, como el clima y el tipo de vida: en general, oscila entre los 0,5 y los 4 mm, excepto en la palma de la mano y la planta del pie, donde la capa cutánea puede ser notablemente más gruesa. El color de la piel es un carácter de diferenciación importante en las diferentes razas. Sobre la capa cutánea son visibles relieves y protuberancias, surcos y pliegues determinados por la forma de las estructuras subyacentes, por las contracciones de las fibras musculares o por los movimientos de las distintas articulaciones.

- Dermis y epidermis, las dos capas de la piel


Desde el punto de vista anatómico, la piel está formada por dos capas: una externa denominada epidermis, y otra profunda, la dermis.

+ Epidermis


Las células superficiales de la epidermis son células muertas, compuestas por un elemento (queratina) parecido al de las uñas; se desprenden continuamente, siendo sustituidas por otras, y contribuyen a eliminar desechos. Tan sólo la capa basal profunda de la epidermis, denominada capa de Malpighi, está constituida por células vivas que se multiplican continuamente empujando hacia la superficie las células muertas que alimentarán la capa córnea superficial. En la capa basal se encuentran muchas terminaciones nerviosas, localizadas en todas las regiones del cuerpo pero especialmente numerosas en los dedos de las manos y de los pies: de modo que la epidermis es sensible en su parte más profunda. Esas terminaciones nerviosas son responsables de numerosas sensaciones como el dolor, la percepción de la temperatura, o el picor.

+ Dermis


En la dermis se encuentran los receptores sensoriales del tacto, los denominados corpúsculos de Meissner, más numerosos allí donde este sentido está más desarrollado.

En esta capa se encuentran las glándulas sebáceas y las glándulas sudoríparas, cuyas paredes están cubiertas internamente por tejido epitelial y rodeadas por numerosos capilares sanguíneos. Las glándulas sudoríparas son formaciones tubulares con forma de ovillo en la base y cuyos extremos se abren a la superficie de la piel a través de los poros sudoríparos. Estas estructuras glandulares son muy numerosas, están presentes en casi todas las regiones de la piel y trabajan incesantemente. En todo momento el organismo emite pequeñas cantidades de sudor por medio de la transpiración, sin que la persona lo perciba (lo que los antiguos denominaban perspiratio sensibilis). De esta manera se establece un flujo constante, más o menos intenso, de agua en nuestro cuerpo, muy útil y necesario porque agiliza muchas reacciones químicas y ayuda a disolver y transportar hacia el exterior los materiales de desecho. El sudor está compuesto en un 99% de agua, mientras que el 1% restante lo forman distintas sustancias: sales, en su mayoría cloruro de sodio (el sudor siempre es salado y ligeramente ácido), y sustancias de desecho, entre las que destacan el ácido úrico y la urea. El organismo debe reintegrar continuamente el agua y las sales minerales, especialmente tras una sudoración intensa, para restablecer la homeostasis hidrosalina.

- Uñas y pelos: constituidos por elementos celulares epidérmicos


Las uñas y los pelos están constituidos por elementos celulares epidérmicos, si bien tanto la raíz de la uña como el bulbo pilífero se encuentran en la dermis. Las uñas crecen sólo en los extremos de los dedos de las manos y de los pies. En el hombre están poco desarrolladas, mientras que en algunos animales forman las garras o las pezuñas. Crecen continuamente, y pueden ser eliminadas sin que mueran las células que las producen: si una uña resulta gravemente lesionada, se desprende y cae, mientras en su lugar crece una nueva. El pelo esta asimismo poco desarrollado en el hombre. En el pelo se distinguen dos partes, una porción libre y una raíz fija en el folículo pilífero, a partir de la cual se origina y desarrolla el pelo. A su vez la raíz presenta en su extremo una parte abultada denominada bulbo, en el que penetra la papila dérmica que contiene los vasos sanguíneos. Anexas a cada pelo existen dos glándulas sebáceas que segregan una sustancia oleosa particular que mantiene la estructura del pelo blanda y flexible. Asociadas a cada folículo polífero existen numerosas células musculares lisas que constituyen el músculo horripilador. Sus contracciones no son voluntarias, sino que suceden bajo el estímulo de fuertes emociones: cuando se habla de los "pelos de punta" por un susto, no se trata de una frase retórica, sino de un hecho fisiológico concreto.

- La homeostasis térmica


Regresemos a la explicación sobre la homeostasis térmica, interrumpida en el párrafo anterior. Cuando la temperatura externa aumenta, los vasos sanguíneos que se encuentran en la proximidad de la piel reciben del centro de control térmico del hipotálamo la orden de dilatarse, con el consiguiente flujo de sangre a la superficie del cuerpo (que adquiere un color rojizo), lo que determina una mayor dispersión del calor. En esta situación, en el hombre y en otros muchos mamíferos, las glándulas sudoríparas son estimuladas por el hipotálamo para segregar a mayor velocidad. La sudoración posee, en efecto, una importante función termorreguladora: la evaporación del sudor enfría la piel. Sin embargo, el centro de la sudoración puede alterar su funcionamiento debido a causas accidentales o a una enfermedad. Así, en determinadas circunstancias o debido a emociones fuerte, se puede sentir frío y sudar: la expresión "sudor frío" relacionada con situaciones de miedo, tiene un significado fisiológico. Por el contrario, un estado febril agudo se caracteriza por una piel árida y seca. Cuando la temperatura ambiental disminuye tiene lugar un proceso opuesto: la sudoración se hace mínima y es muy lenta, los vasos sanguíneos cutáneos se contraen para perder menos calor en superficie, y los pelos se erizan -se habla de "piel de gallina" (horripilación)- para formar una especie de capa aislante que retiene el máximo tiempo posible el aire caliente en contacto con la piel (en el hombre, debido a la escasez de pelo, esta respuesta fisiológica es irrelevante). Además, los escalofríos y las contracciones musculares voluntarias determinan un aumento de la respiración celular y por tanto de la producción de calor.

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- Equilibrio vitales: otros artículos en el blog


+ La regulación del medio interno en los animales

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+ Los riñones en el hombre

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