Además del llamativo caso de la hibernación, en la naturaleza se observan numerosos mecanismos de termorregulación, menos aparentes pero igualmente eficaces.
- Muda del pelo
El pelo de muchos mamíferos muda estacionalmente, y se hace más denso con el frío y más ralo con el calor.
- Distribución de las reservas grasas bajo las capas cutáneas
Otros animales consiguen mantener constante la temperatura corporal en invierno gracias a la distribución de las reservas grasas bajo las capas cutáneas, que forman una especie de cubierta térmica: es el caso de algunos animales acuáticos en las regiones frías, como los pingüinos o las focas.
- Permanencia en estado de larva o huevo de algunos insectos
Finalmente, algunos insectos sometidos a metamorfosis dejan de vivir, por decirlo de alguna manera, y permanecen durante largos períodos en estado de larva o huevo, despertándose para cumplir su ciclo sólo cuando el medio exterior ofrece condiciones más favorables a su desarrollo.
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