La atmósfera gaseosa generada por los choques de los meteoritos y por las nuevas reacciones geoquímicas no puede ser comparada en ningún modo con la atmósfera actual presente en nuestro planeta, ya que esa primera atmósfera, muy abundante en dióxido de carbono, estaba prácticamente privada de oxígeno hasta que mucho más tarde, a partir de la era paleozoica (hace unos 600 millones de años), comenzó a ser bastante rica en este elemento.
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| Sobre estas líneas, las cumbres del Himalaya, la cadena de montañas más elevada de la Tierra. Su formación se inició con los movimientos alpino-himalayos. Las distintas áreas del sistema montañoso están constituidas por rocas sedimentarias con fósiles, cenozoicas, paleozoicas y mesozoicas y gneis, granitos y algunas rocas volcánicas. |
- Eón arcaico
Sucesivamente, a partir de aproximadamente 3,8 millardos de años (la edad de las rocas más antiguas) hasta 2,5 millardos de años, se desarrolló el intervalo de tiempo conocido como eón arcaico, durante el cual se originaron unos continentes bien definidos y móviles de los cuales aún ahora existen grandes fragmentos que constituyen las porciones más estables de las placas continentales.
+ Fósiles del eón arcaico
Del Arcaico son los primeros fósiles, es decir, las primeras trazas de vida encerradas en una roca, probablemente se trate de algas unicelulares, que han sido datadas en 3,5 millardos de años.
+ Primeras formas de vida
Esto hace suponer que la vida en la Tierra apareció al inicio del propio eón arcaico (el eón más antiguo). Esta consideración permite también afirmar que durante la primera fase de evolución del planeta debieron existir las condiciones de presión y temperatura idóneas para la presencia del agua en su forma líquida, que fue indispensable para el nacimiento de las primeras formas de vida.
- Eones proterozoico y fanerozoico
Los eones sucesivos son llamados Proterozoico y Fanerozoico y geológicamente se caracterizaron por la relativa estabilidad de las áreas continentales formadas durante el Arcaico, mientras fueron muy activos (¡y lo siguen siendo!) los márgenes continentales a lo largo de los cuales ocurrieron grandes modificaciones causadas por el movimiento de las placas litosféricas que llevaron a los continentes a unirse varias veces formando un único supercontinente (Pangea) o a separarse en diversos bloques a distintas dimensiones como ocurre actualmente.
Esto ha determinado en el curso de las eras geológicas la formación y posterior desmantelamiento de cadenas montañosas antiguas por procesos más recientes, como los que han generado la cadena alpino-himalaya o la cordillera de los Andes en Sudamérica. Este tipo de evolución ha propiciado la apertura de enormes océanos y su posterior cierre, a causa del movimiento relativo de las placas, y de los cuales se tiene traza gracias a la presencia de fósiles marinos en los estratos rocosos.
De todo ello se desprende el aspecto geográfico actual de la Tierra que, si bien parece estática e inmutable si se considera a escala de una vida humana, por contra está en continua evolución.
Cabe señalar que la evolución de las formas de vida desde el Arcaico al Proterozico es mínima. De hecho, las diferencias entre ambos eones son sustancialmente de carácter geológico. Por el contrario, lo que distingue el Proterozoico del Fanerozoico es precisamente la enorme diferenciación de los organismos vivos que se dio al pasar de un eón al siguiente hace unos 570 millones de años con la aparición al inicio del Fanerozoico de los primeros vertebrados: los trilobites. A partir de este momento la evolución de la vida condicionará y a su vez será condicionada por la evolución del planeta en un proceso que, a través de la aparición, el éxito, y tal vez, la extinción de las especies vivas cada vez más evolucionadas, ha llevado a la aparición del hombre, las primeras trazas del cual tienen una edad de sólo unos tres millones de años.
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