En el reino animal las formas de organización son muy numerosas y variadas: desde la familia, en la que se perpetúa la relación personal que se había iniciado desde el momento de la puesta de los huevos y de los subsiguientes cuidados parentales, a la constitución de agrupaciones complejas (definidas según los casos como colonias, hordas, manadas, enjambres, bandadas), cada una de ellas con una génesis y una estructura particulares, con exigencias y leyes propias, casi siempre distintas de las que regulan la vida de la colectividad humana, pero que en cualquier caso presentan sorprendentes similitudes.
- La consecución de un lugar acorde a su origen, conformación y estructura: una regla a respetar y tener en cuenta por todo animal
Naturalmente, puesto que cada animal necesita vivir bien en el ambiente donde la naturaleza lo ha situado para desarrollar y evolucionar según los dictámenes de la especie a la que pertenece, una de las primeras reglas que su propio organismo le impone respetar es proporcionarse un lugar vital acorde con su origen, conformación y estructura.
- La territorialidad, esencial para cualquier animal
Por ello la territorialidad es tan importante para cualquier animal: dentro del territorio elegido de antemano como el más adecuado, cada uno de ellos podrá construir refugios para descansar o dormir, esconderse y reproducirse, superar un momento difícil o criar y educar a la prole.
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