Vamos a ver en esta entrada tres ejemplos verdaderamente curiosos de comportamiento animal.
- El caso de la avispa cazadora de arañas
Las avispas de la familia de los Pompílidos son solitarias, irreductibles enemigas de las arañas, a las que capturan y matan para alimentar a sus larvas.
Tras la fecundación, la hembra pasa algunos días muy inquieta: vuela desordenadamente sin una meta concreta, saquea de vez en cuando las flores, explora el suelo como si buscase alguna cosa. La avispa anda buscando en efecto una araña en la que inocular su líquido paralizante para poder usar a continuación su cuerpo como una incubadora. Cuando encuentra a la víctima apropiada, la avispa la conduce a un rudimentario nido excavado en el suelo y, tras haberle amputado las patas obligándola así a permanecer inmóvil, deposita su huevo. A continuación la hembra reemprende la búsqueda de otra araña en la que depositar un segundo huevo.
- El espinoso
El espinoso es un pez de agua dulce, muy adaptado a los acuarios. Cuando llega la primavera, los machos de esta especie abandonan el grupo de compañeros con los que han pasado el invierno para dedicarse frenéticamente a la construcción de un nido de algas.
El trabajo, que dura algunos días, está acompañado por notables modificaciones en los colores del cuerpo: el dorso verde-plateado, el vientre rojo, los ojos azul brillante. Apenas la hembra, cuyo vientre está lleno de huevos, se aproxima, el espinoso inicia una característica danza de cortejo en zigzag. La danza logra su objetivo, guiar a la hembra hacia el nido ya preparado. Una vez la compañera ha entrado, el macho la incita para que ponga los huevos, estimulando su cola con el morro. Una vez terminada esta operación, puestos todos los huevos, la hembra abandona su madriguera temporal, en la que el macho entrará inmediatamente para liberar el líquido espermático y así cumplir con la fecundación. Seguidamente cierra el nido por un extremo.
Si en los alrededores se encuentran otras compañeras maduras, el espinoso las invita a entrar en su nido para aumentar el número de sus descendientes. A continuación se dedica exclusivamente al cuidado y a la defensa de los pequeños que nacerán: oxigenación del agua circundante que se consigue con movimientos continuos de la cola y las aletas, rondas periódicas con el fin de reconocer a posibles agresores, reparación de los desperfectos que el nido haya podido sufrir. Todo ello hasta que las crías sean capaces de abandonar el refugio para explorar por primera vez el mundo que les rodea; llegado este momento los jóvenes espinosos se independizan y abandonan definitivamente los cuidados paternos.
- El aprendizaje del paramecio
El paramecio es un animal muy pequeño, unicelular, visible sólo al microscopio. Su cuerpo alargado, aparentemente casi transparente, está recubierto por un gran número de cilios que se mueven de forma coordinada (pertenece al grupo de los protozoos ciliados). Su presencia ha sido detectada en todo tipo de aguas estancadas (por ello también se les define como cosmopolitas) y se conocen, aproximadamente, quince especies distintas.
Si el agua en la que viven estos animales resulta contaminada por cualquier sustancia tóxica, estos sencillos organismos (sin órganos de los sentidos especializados), tras un cierto número de "intentos", aprenden a evitar la zona desfavorable, mostrando de esta forma una capacidad de aprendizaje básica.
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