Las sales minerales insolubles en la materia viva se encuentran en estado sólido. En cada organismo se forman diversos cristales de una o varias especies minerales con formas y tamaños específicos. Las sales minerales precipitadas que se encuentran en los seres vivos presentan diferencias importantes con respecto a las que se encuentran en la materia inorgánica. Se pueden asociar a macromoléculas, generalmente de tipo proteico, con las que interaccionan a través de grupos iónicos comunes y regulan el crecimiento de los cristales.
- Cristales más abundantes en los organismos
Los cristales más abundantes en los organismos son de silicatos, carbonatos y fosfatos; estos últimos, de calcio y magnesio.
+ Carbonato cálcico
Forma parte de los caparazones de protozoos marinos, como los foraminíferos.
En animales vertebrados, endurece huesos y dientes. También constituye los otolitos, que son cristales o acúmulos de carbonato cálcico presentes en el oído interno, que permiten el mantenimiento del equilibrio.
Confiere rigidez a la estructura de algunas esponjas, y forma estructuras como las espinas de los erizos de mar.
Constituye el esqueleto externo de los corales, forma las conchas de los moluscos gasterópodos y bivalvos, e impregna el exoesqueleto de algunos artrópodos.
+ Silicatos
Endurecen estructuras de sostén de algunos vegetales, como las gramíneas o los equisetos.
Constituyen las espículas de algunas esponjas.
Forman parte de los caparazones de protección que presentan algunos microorganismos, como los radiolarios y las diatomeas.
+ Fosfato cálcico
Forma parte de la matriz mineral que compone los tejidos óseos de los animales vertebrados.