viernes, 25 de agosto de 2017

El sistema linfático, los ganglios linfáticos y el bazo

Los ganglios linfáticos son los órganos en que se inician las respuestas inmunitarias adaptativas a los antígenos transportados por la linfa. Presentan forma de habichuela. Son agregados nodulares pequeños de tejido rico en linfocitos que se distribuyen a lo largo de los conductos linfáticos por todo el organismo.

Sistema linfatico y biologia

Los ganglios linfáticos están formados por una corteza externa y una médula interna. Cada ganglio linfático está rodeado por una cápsula fibrosa atravesada por numerosos vasos linfáticos aferentes que drenan la linfa en un seno subcapsular o marginal.

Las funciones de este sistema y de los ganglios linfáticos son varias, como la de mantener el equilibrio del líquido interno, drenar el líquido intersticial de los tejidos del sistema venoso, la recuperación de proteínas grandes del espacio intersticial además de otras relacionadas con la inmunidad.

Los vasos del sistema linfático son vasos ciegos. El sistema circulatorio linfático no tiene un “motor” que empuje el líquido, aunque tiene que subir la linfa hasta el corazón. Para ello tienen válvulas semilunares, cuando la linfa está pasando están abiertas y cuando pasa se cierran evitando el retroceso de esta. Además, los músculos de las piernas actúan como bombas que cuando andamos se contraen y empujan la linfa hacia arriba.


- Estructura de los ganglios linfáticos


El ganglio linfático, como mencioné antes tiene forma arriñonada, y está recubierto de una cápsula fibrosa que emite trabéculas hacia su interior, que divide el ganglio en lóbulos. La parte más externa es la corteza y la más interna es la médula. Bajo el seno subcasular, la corteza externa cuenta con agregados celulares denominados folículos.

Algunos folículos tienen áreas centrales denominadas centros germinales. Los folículos que carecen de centros germinales reciben el nombre de folículos primarios, y los que si los presentan son folículos secundarios.

La corteza que rodea a los folículos se organiza en cordones, que son espacios que contienen linfocitos, así como células dendríticas y fagocitos mononucleares, que se disponen alrededor de los sinusoides linfáticos y vasculares. Debajo de la corteza se encuentra la médula, formada por cordones medulares que conducen a los senos medulares. Estos cordones están ocupados por macrófagos y células plasmáticas.

La sangre alcanza el ganglio linfático a través de una arteria que penetra por el hilio y se ramifica en capilares en la corteza externa, y abandona el ganglio a través de una vena única que sale por el hilio.

El líquido intersticial absorbido denominado linfa, fluye a través de los capilares linfáticos hacia los vasos linfáticos convergentes de mayor calibre, que al final confluyen en un gran vaso linfático que se denomina conducto torácico. La linfa del conducto torácico drena la vena cava superior, de modo que el líquido regresa hacia el torrente sanguíneo.

Las células del endotelio alto son células cilíndricas que cuando llega el patógeno se aplastan para dejarlo pasar al ganglio. Las distintas clases de linfocitos se localizan en diferentes regiones de los ganglios linfáticos. Los folículos son las zonas de linfocitos B de los ganglios.

Los linfocitos T se localizan principalmente en la corteza, por debajo y entre los folículos. Hay una zona paracortical rica en linfocitos T que se encuentra cerca de los FL para que haya contacto entre linfocitos T y B. La mayoría de estos linfocitos T son colaboradores CD4+, entremezclados con CD8+ relativamente dispersos. Las células dendríticas también se concentran en las zonas de linfocitos T de los ganglios linfáticos.

La segregación anatómica de las diferentes clases de linfocitos en las distintas regiones del ganglio depende de las citoquinas. La función del ganglio linfático es la respuesta inmune a antígenos cutáneos y de tejidos que llegan vía linfática.

Los linfocitos T y B vírgenes entran al ganglio a través de una arteria. Estas células abandonan la circulación y penetran en el estroma del ganglio a través de vasos especializados denominados vénulas de endotelio alto (VEH) en la corteza.


+ El papel de los ganglios linfáticos


Los antígenos son transportados hacia los ganglios linfáticos principalmente en los vasos linfáticos. Todos estos tejidos están revestidos de epitelio que contienen células dendríticas. Las células dendríticas captan los antígenos microbianos y penetran en los vasos linfáticos. Los ganglios linfáticos están intercalados a lo largo de los vasos linfáticos y actúan como filtros que analizan la linfa en numerosos puntos antes de que esta llegue a la sangre.

De esta manera, los antígenos captados en las puertas de entrada se transportan hasta los ganglios linfáticos. Los vasos linfáticos que llevan la linfa hacia los ganglios linfáticos se denominan aferentes, y los que drenan la linfa de los ganglios se denominan eferentes. Cuando la linfa penetra en un ganglio linfático a través de un vaso aferente se difunde a través del estroma.

Las células dendríticas portadoras de antígeno entran en la zona T y se asientan en esta región. El resultado neto de la captación del antígeno por los distintos tipos celulares es la acumulación y concentración de éste en el ganglio linfático y su presentación en una forma que puede ser reconocida por los linfocitos T específicos.


- El bazo


El bazo es una víscera maciza con el tamaño de un puño, que se encuentra debajo del diafragma. Es el lugar principal donde tienen lugar las respuestas inmunitarias a los antígenos que transportan la sangre. Tiene funciones inmunológicas y hepatológicas. El bazo tiene una cápsula que emite trazos llamados trabéculas y esas trabéculas forman los lóbulos.

Este órgano está compuesto por una pulpa roja con función hematológica, donde llegan las células sanguíneas llegan y se destruyen; y una pulpa blanca, donde se llevan a cabo las funciones inmunológicas, defendiendo al organismo de los antígenos que entran a través de la vía venosa.

El bazo recibe irrigación a través de una arteria esplénica única, que perfora la cápsula en el hilio y se divide progresivamente en ramas más pequeñas que están rodeadas por trabéculas fibrosas protectoras y de sostén. Las arteriolas pequeñas están revestidas por manguitos de linfocitos, que son las zonas de estirpe T del bazo, a las que se llama vainas linfáticas periarteriolares.

Los folículos linfáticos, algunos de los cuales tienen centros germinales, están unidos a las zonas T. Igual que en los ganglios linfáticos, los folículos son las zonas de linfocitos B. Los folículos están rodeados por un anillo de linfocitos y macrófagos, denominado zona marginal. Estos tejidos linfáticos densos forman la pulpa blanca de la que hablamos anteriormente.

Los linfocitos y los antígenos entran en el bazo a través de los sinusoides vasculares. En respuesta a quimiocinas, los linfocitos T son atraídos hacia las zonas T adyacentes a las arteriolas y los linfocitos B penetran en los folículos.

El bazo también es un filtro importante para la sangre. Los macrófagos de la pulpa roja limpian la sangre de microorganismos y otras partículas. El bazo es el lugar principal de fagocitosis de los microorganismos recubiertos por anticuerpos (opsonizados). Las personas que carecen de bazo son susceptibles a infecciones por bacterias encapsuladas, como neumococo y meningococo, ya que normalmente estos organismos se eliminan por opsonización y fagocitosis, de modo que esta función es defectuosa en ausencia de bazo.

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Artículo redactado por Pablo Rodríguez Ortíz, Graduado en Biología por la Universidad de Málaga.