viernes, 16 de octubre de 2015

Anélidos: características y tipos

Los anélidos son invertebrados con celoma y simetría bilateral. Se han identificado más de 10.000 especies, la mayor parte marinos. Sin embargo, son las especies terrestres como las sanguijuelas o las lombrices de tierra y las dulciacuícolas como los oligoquetos las más conocidas.

Anelidos y biologia

- Características de los anélidos


Su nombre común hace mención a la presencia de un cuerpo segmentado en anillos o secciones que se disponen en una serie lineal. La segmentación del cuerpo recibe el nombre de metamería, una segmentación no solamente externa. Los anillos que rodean el cuerpo del animal son la manifestación externa de unos tabiques internos, que dividen el cuerpo precisamente en esos segmentos o metámeros. Esta división interna provocó que el animal repitiese la mayoría de los sistemas en cada segmento. Así, por ejemplo, en cada metámero existirá un sistema circulatorio, uno nervioso y otro excretor. Sólo el tubo digestivo y unos vasos sanguíneos longitudinales atraviesan cada uno de los distintos tabiques que dividen el cuerpo.

Cabe decir que excepto en las sanguijuelas, el resto de anélidos presenta como unos pelos quitinosos que va a favorecer ese desplazamiento, ya sea andándose en el suelo en las formas terrestres, o nadando en las marinas. Los pelos reciben el nombre de sedas. En otras ocasiones son unos apéndices llamados podios los que ayudan en la reptación o en la natación.

- Clasificación de los anélidos


En función de características externas como la presencia o no de podios, sedas o metámeros se clasifican los anélidos en poliquetos, oligoquetos e hirudíneos.

+ Poliquetos: los anélidos más numerosos


Los poliquetos son los anélidos más numerosos, se calcula que existe más de 10.000 especies, casi todas formas marinas. Todos sus representantes pueden dividirse en dos grandes subgrupos: errantes y sedentarios. Estos nombres son fiel reflejo de la forma de vida de sus integrantes. Así, los poliquetos errantes son "migradores", animales que se desplazan reptando, nadando o cavando. Algunos anélidos errantes viven en tubos, pero salen de ellos en busca de alimento. Sin embargo, los poliquetos sedentarios son animales que reducen exclusivamente su vida a las galerías construidas en la arena o tubos.

Lógicamente, los métodos utilizados para la captura del alimento han tenido que adaptarse a la forma de vida que presentase ese anélido. Así, las especies errantes son auténticos depredadores con fuertes mandíbulas, mientras que las sedentarias han evolucionado hacia formas que presentan un penacho de tentáculos que van a servir a modo de red. Desde el tubo, el anélido sedentario asomaría la cabeza portadora de la red tentacular para ir captando aquellas sustancias que le van a servir de alimento.

+ Oligoquetos: las lombrices de tierra


Aunque es un grupo muy amplio que ha colonizado todos los hábitats posibles, como el mundo marino, son preferentemente terrestres y, en menor medida, dulciacuículas. De entre las más de 3.000 especies que forman parte de los oligoquetos, son las lombrices de tierra las más importantes y mejor estudiadas.

El tamaño medio de una lombriz de tierra es de unos 20 cm, aunque hay lombrices tropicales que pueden llegar a los 4 metros de longitud.

Son elementos fundamentales en el enriquecimiento del suelo.

Dado que son capaces de ingerir tierra, van a llevar sustancias en sus desplazamientos desde zonas profundas del subsuelo hacia zonas más superficiales, y viceversa. Por ejemplo, ascienden potasio y bajan azúcares hacia las raíces de las plantas. Este hecho va a regenerar de forma continua las capas de cualquier suelo poblado por lombrices de tierra. Así, Darwin estimó que en un acre de tierra seca y en un año se mueven a través del cuerpo de estos anélidos de 10 a 12 toneladas de tierra.

Los oligoquetos son animales nocturnos, que aprovechan la noche para dirigirse a la superficie en búsqueda de hojas y animales en descomposición, que le sirvan de alimento. Es lógico pensar que la adaptación a esta vida nocturna apareció para evitar a sus mayores depredadores, los pájaros diurnos.

El sistema respiratorio está ausente en estos animales, por lo que el intercambio gaseoso tiene lugar a través de las paredes del cuerpo.

El sistema nervioso de los oligoquetos es rudimentario, presenta cierta cefalización con un cerebro formado por dos ganglios. De él parte un cordón nervioso que recorre la parte ventral del cuerpo. Luego una red de nervios le comunican con los distintos órganos del animal, entre ellos los sensoriales.

Sus órganos sensoriales están totalmente adaptados a su vida en penumbra, ya sea bajo el suelo o cuando ascienden por la noche. De esta forma, carecen de ojos, pero disponen de terminaciones nerviosas en la pared del cuerpo de tipo táctil.

Son hermafroditas, es decir, el mismo individuo presenta los dos sexos. Esto hace que se produzcan inseminaciones recíprocas cuando dos oligoquetos se aparean.

+ Hirudíneos: las sanguijuelas


Desde tiempos muy remotos, las sanguijuelas son conocidas principalmente por la nutrición tan especial que presentan. Se alimentan de fluidos corporales como la sangre. De hecho, una de ellas, la "sanguijuela medicinal", fue empleada durante muchos siglos para desangrar parcialmente a los pacientes. Se pensaba que las fiebres y algunas enfermedades era el resultado de un incremento en los niveles de sangre y que, por tanto, tenía que ser eliminada. Esta práctica errónea agravaba más el estado del enfermo.

Presentan una gran ventosa que les fija al cuerpo de la presa, mandíbulas cortantes que desgarran el tejido y una faringe musculosa que succiona la sangre. Además, el aparato digestivo presenta expansiones laminares donde puede almacenar grandes cantidades de sangre.

Sus presas más comunes son los equinos, bovinos, humanos y aves.

Presentan una reproducción sexual con fecundación cruzada, ya que, las sanguijuelas son hermafroditas.

A pesar de que las sanguijuelas son un grupo de animales muy poco llamativos y molestos para el hombre, han aportado su grano de arena en el desarrollo de la medicina actual. El motivo de que la sangre que ingieren no se cuagule se debe a que sus glándulas salivales segregan una sustancia anticuagulante, la hirudina. Ésta ha sido empleada en algunas dolencias.

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Imagen: Sacha Lobenstein.