Desde después de la segunda guerra mundial, especialmente desde los años sesenta hasta hoy día, el hombre ha centrado su atención en el estudio de los océanos, empleando grandes medios y recursos tecnológicos y desarrollando técnicas particulares de explotación indirecta, sobre todo en los sectores donde se presentan mayores dificultades para recoger los datos, como la geología de los fondos oceánicos.
- Los métodos geofísicos utilizados desde las naves oceanográficas
Naves oceanográficas, específicamente proyectadas para las campañas de investigación sobre los fondos oceánicos, han llevado intensas investigaciones utilizando métodos geofísicos como la prospección sísmica, la gravimetría (con la cual se revelan las anomalías del campo gravitatorio terrestre), la magnetometría (que revela las irregularidades del campo magnético terrestre), junto con la batimetría (medición de la profundidad del fondo) efectuada con, por ejemplo, la ecosonda, que mide el tiempo empleado por una onda sonora para llegar al fondo y regresar a la superficie, deduciendo así la distancia, conociendo la velocidad del impulso.
- Las perforaciones de gran profundidad
Además, se han realizado perforaciones incluso de gran profundidad, por debajo de los sedimentos que recubren el fondo, gracias a los barcos utilizados para la realización de pozos petrolíferos en mar abierto.
- Los abismos marinos, escrutados por batiscafos especiales para soportar grandes presiones
También los abismos más profundos han sido escrutados por batiscafos proyectados expresamente para resistir las grandes presiones de las profundidades marinas (cabe recordar, por ejemplo, el batiscafo Trieste con el que Piccard en 1960 descendió en la Fosa de las Marianas a -11.022 metros donde la presión supera las 1.000 atmósferas, consiguiendo así la máxima profundidad nunca antes conseguida por el hombre, en el punto más profundo del océano).
- La realización del mapa de los fondos marinos de la Tierra
Con la enorme cantidad de información recogida con estas técnicas en medio siglo de investigaciones se han realizado, con buena precisión, mapas de los fondos marinos. Éstos muestran una morfología muy variada y, gracias al estudio de los principales caracteres geológicos de la costa oceánica, han revelado entre otras cosas la presencia de importantes yacimientos minerales y petrolíferos. Las informaciones recogidas por los satélites militares americanos Seasat, lanzado en 1978, y Geosat, puesto en órbita en 1985, y que ya no está bajo secreto militar, han permitido trazar mediante ordenadores un mapa completo y muy detallado de los fondos marinos de toda la Tierra proporcionando un cuadro extremadamente preciso del fondo de los océanos.
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