martes, 16 de julio de 2013

Cerebro y médula espinal

Las partes en que se subdivide el encéfalo de un individuo adulto son el cerebro (la más conspicua), el diencéfalo (que incluye el tálamo y el hipotálamo), el mesoencéfalo, el puente, el cerebelo y el mielencéfalo o bulbo, que comunica directamente con la médula espinal.

El cerebro, en biologia

- La actividad del cerebro y la médula espinal, interdependiente


La actividad del cerebro y de la médula espinal es, en muchos sentidos, interdependiente. La médula goza de cierta autonomía en el desarrollo de algunas funciones, como queda de manifiesto cuando en un individuo se interrumpe el vínculo entre los dos centros nerviosos a causa de una lesión: en tal caso se observa que no se ha perdido la capacidad de realizar movimientos reflejos.

- La actividad de la médula espinal, subordinada, sin embargo, a la del cerebro


No obstante, por regla general, la actividad de la médula espinal está subordinada a la del cerebro, que la regula, la controla y la dirige. Por otra parte son numerosas las funciones cerebrales que no pueden desarrollarse sin la colaboración de la médula espinal.

- Los estímulos, recogidos por las neuronas sensitivas y transmitidos al cerebro


La percepción del calor y del frío, de un estímulo doloroso, de un cuerpo que oprime o roza cualquier parte de la superficie corporal, son el resultado de procesos muy complejos que se desarrollan en la corteza cerebral. Los estímulos que actúan sobre los miembros y el tronco son recogidos, mediante fibras periféricas, por las células de los ganglios situados a ambos lados de la médula (neuronas sensitivas), que a su vez los transmiten al cerebro a través de largas fibras ascendentes.

La destrucción, incluso parcial, de las células medulares hace imposibles esas percepciones, exactamente igual que si el cerebro estuviese dañado.

- Las órdenes del cerebro para efectuar movimientos: de las motoneuronas a los músculos


De la misma forma, las órdenes del cerebro para efectuar los movimientos voluntarios del tronco y de las extremidades son eficaces en cuanto llegan, a través de fibras descendentes, a células especiales de la médula (motoneuronas), cuya misión es transmitir esas órdenes a los músculos. Si estas células o las fibras descendentes son destruidas, los músculos no reciben las órdenes y permanecen inactivos, como si el cerebro estuviese lesionado. Examinando al microscopio distintas preparaciones de médula espinal se observa que consta de células y fibras: de estas últimas, unas se dirigen hacia el cerebro y otras proceden de él, mientras que otras muchas unen diferentes secciones de la misma médula. La utilidad de la médula se basa en la labor desempeñada por esta perfecta planta de comunicación, que mantiene informadas a todas las partes de la actividad de las demás, y en consecuencia pone a todas en situación de actuar de forma coordinada.

- La médula espinal


+ Aspecto y segmentos de la médula espinal


La médula espinal tiene el aspecto de un largo cordón de forma cilíndrica, de unos 45 cm de longitud aproximadamente, con dos engrosamientos en los extremos rostrol y caudal. Al igual que en la columna vertebral, en la médula es posible distinguir cuatro segmentos: cervical, torácico, lumbar y coxígeo.

A la última porción le sigue un delgado filamento, denominado filamento terminal. El extremo superior, por el contrario, se pierde en el bulbo. El mielencéfalo es sumamente importante: encierra los centros de numerosos reflejos (regulación del ritmo cardíaco, de la respiración, del vómito, de la tos, de la salivación).

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